Prácticas Módulo 1 "Geografía, Conocimiento y Sociedad"

Sitio: OCW - Universidad de Cantabria
Curso: Teoría y Métodos de la Geografía. Evolución del Pensamiento Geográfico (2008)
Libro: Prácticas Módulo 1 "Geografía, Conocimiento y Sociedad"
Imprimido por: Invitado
Día: sábado, 21 de diciembre de 2024, 20:00

1. El desarrollo del conocimiento. Con la lectura de este breve fragmento se quiere dar pie a pensar sobre los preconceptos, la duda metodológica, la tiranía o la emancipación del conocimiento; la distancia entre experiencia, empirismo y explicación teórica de un fenómeno; o la distinción entre conocimiento práctico, hermenéutico y crítico. Se busca también estimular el cuestionamiento de toda idea preestablecida y evitar la repetición de esquemas metodológicos como si de fórmulas mágicas se tratase para la resolución de problemas reales en el mundo profesional de los geógrafos.

Materiales.

Archivo: EXPERIMENTO CON MONOS

 

2. La evolución del pensamiento geográfico: objeto y método. A partir de la lectura de los índices de dos obras de Geografía Universal editadas con un siglo de diferencia, se propone debatir sobre el cambio en los temas objeto de interés de la Geografía, su relación con el proceso de consolidación como disciplina científica y con los precedentes que han intervenido en esta definición disciplinar, y su comparación con los contenidos de asignaturas más o menos parecidas que se imparten en la Licenciatura de Geografía. Se busca también identificar algunos de los componentes epistemológicos que se incorporan a la definición de la Geografía.

Materiales.

Archivo: GEOGRAFÍA UNIVERSAL 1952

Archivo: GEOGRAFÍA UNIVERSAL 1855

 

 

3. Definiendo la Geografía: la estructura del conocimiento. A través de este ejercicio triple se busca que el alumno construya su propia definición de Geografía a partir de una reflexión en tres etapas y que abarcan todo el curso.

 

–Ejercicio (a). Elabora una definición o da una explicación de qué es la Geografía. Este ejercicio se realizará justo al inicio del curso, formando parte, incluso, de la propia presentación de la asignatura. Con un poco de tiempo puede sustituirse esta actividad por otra en la que, en forma de juego, se ayuda a distinguir las diversas partes de la estructura del conocimiento que deben integrar dicha definición (objeto material y epistemológico, método, estructuración temática, significado social, utilidad o aplicación práctica) y a utilizar adecuadamente los términos según su función cognitiva o epistemológica. En el archivo de materiales se ofrece una guía para animar este tipo de actividad.

Materiales.

Archivo: ¿QUE ES LA GEOGRAFÍA?

 

–Ejercicio (b). A partir de los fragmentos de diversas épocas -que figuran en los materiales- sobre cómo se expresan distintos autores a la hora de concebir la Geografía o algún aspecto concreto de la misma, se propone reflexionar sobre la evolución del pensamiento geográfico y la estructura epistemológica (objeto, método, sistematización interna, posición en el mundo del conocimiento, utilidad social) que se puede seguir a la hora de elaborar una definición propia sobre la Geografía. Se podrá realizar en las primeras sesiones, como complemento o en sustitución del ejercicio 1.

Materiales.

Archivo: DEFINIENDO LA GEOGRAFÍA

 

–Ejercicio (c). Elaborar una definición de Geografía, propia y argumentada, basándose en los conocimientos adquiridos en el desarrollo de esta asignatura, y en la propia experiencia como estudiante de Geografía. Se incluirá, en dicha reflexión, una autocrítica a los dos ejercicios realizados anteriormente. Este ejercicio se realizará al final del curso docente.

Lectura recomendada para el Ejercicio (c). ORTEGA VALCÁRCEL, J. (2000): Los horizontes de la geografía. Teoría de la geografía. Barcelona, Ariel, pp 502-515.

Lectura complementaria a todo el ejercicio 3. Se propone la lectura de un estudio de Horacio Capel sobre un proyecto científico, del que se ofrecen algunos fragmentos que tratan del porqué de una Historia de la Geografía.

Materiales.

Archivo: CAPEL Historia de la Ciencia 1989

 

4. Objeto de estudio y sistematización de la Geografía. La estructura del conocimiento científico en Geografía.

A partir del siguiente fragmento tomado de Unwin y del análisis del propio plan de estudios de la Licenciatura de Geografía, realizar un debate sobre ¿qué asuntos son los estrictamente geográficos? ¿qué estudia la Geografía, cuál es su objeto? ¿cuáles son los temas de la Geografía? ¿Cómo podemos clasificar las asignaturas del plan de estudios?.

“En la reforma de la geografía en la enseñanza media en Inglaterra, el ministro insistió en la necesidad de que ciertos temas que se proponían en geografía humana deberían centrarse en el conocimiento y comprensión de asuntos estrictamente geográficos, y no políticos ni económicos”. (Unwin, 1995: 37).

 

5. Reflexión sobre el método y la producción de conocimiento.

Con la lectura y debate del texto sobre Kant se busca distinguir entre pensamiento inductivo y deductivo; entender los juicios a priori y a posteriori de Kant; destacar la importancia de la creatividad en la producción científica; activar la curiosidad por lo que no resulta evidente, y mostrar lo engañoso que puede ser aceptar lo que parece probado y ampliamente aceptado. Con los fragmentos sobre el método en la Geografía se hará un ejercicio de aprendizaje para diferenciar los distintos métodos de conocimiento que pueden ser utilizados por los geógrafos.

Materiales.

Archivo: WAGENSBERG Kant y el grillo sordo 2003

Archivo: LOS METODOS DE LA GEOGRAFIA

 

6. Lecturas.

Finalmente se proponen algunas lecturas complementarias al módulo 1, que tratan sobre el conocimiento, el método empírico y el proceso de investigación.

Materiales.

Archivo: WAGENSBERG Conversar conversar 2000

Archivo: WAGENSBERG Las palabras del conocimiento 2003

Archivo: LAMO DE ESPINOSA Información, ciencia, sabiduría, 2004

Archivo: METODO EMPÍRICO en Medicina

Archivo: ECO Humildad científica 1983

Archivo: Una visión irónica sobre los artículos científicos

Archivo: SABINO El sujeto investigador 1986

EXPERIMENTO CON MONOS

 

Un grupo de científicos introdujo cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de bananas.

Cuando un mono subía la escalera para apoderarse de una banana, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Al cabo de algún tiempo, cuando un mono quería subir por la escalera, los otros se lo impedían agarrándolo y dándole palos. Pasado aún más tiempo, ningún mono osaba subir la escalera a pesar de la tentación de las bananas.

Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos. Lo primero que hizo el nuevo inquilino fue subir la escalera, pero rápidamente los demás lo bajaron a golpes. Después de algunas palizas el mono desistió y dejó de intentarlo.

Un segundo mono fue sustituido y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercer mono fue cambiado y se repitió el hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los cinco primeros monos fue sustituido.

Los científicos quedaron, así, con un grupo de cinco monos que, aún cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas.

Si fuese posible preguntarles por qué pegaban a quien intentase subir la escalera, ¿qué responderían?

 

Nota. La presente versión es una adaptación de un texto anónimo que circula por correo electrónico.

GEOGRAFÍA UNIVERSAL 1952

 

Geografía Universal. Instituto Gallach, 1952- 3 vols. Introd. R. Otero Pedrayo.

 

ÍNDICE

- Historia de la Geografía.

- Cartografía.

- La Tierra, ente planetario.

Forma y tamaño - Orientación y coordenadas - Gravedad terrestre - Movimientos de la Tierra - Calendario.

- Meteorología.

Atmósfera - Temperatura del aire - Presión atmosférica - Movimiento del aire - Humedad atmosférica - Precipitaciones atmosféricas - Perturbaciones atmosféricas - Clasificación de los climas.

- El relieve de la Tierra.

Estructura del relieve: formación de las montañas - Las rocas - etc.

- Biogeografía.

Geografía Botánica - Geografía Zoológica - Geografía Humana.

- Geografía Económica.

Economía de los productos vegetales - Economía de las primeras materias - Economía de la circulación - Geografía del trabajo.

- El continente europeo.

Generalidades - (División por países).

- Asia.

- África.

- Oceanía.

- América.

- Regiones Polares.

GEOGRAFÍA UNIVERSAL 1855

 

Curso completo de Geografía Universal antigua y moderna o descripción de la tierra considerada bajo todas sus relaciones, astronómicas, físicas, políticas e históricas. Por M. Letronne. Paris, Librería de Rosa y Bouret, 1855

  

Índice

 

PARTE PRIMERA.

Libro Primero. De la cosmografía. (p. 2-77)

Capítulo primero. De la Tierra considerada en sí misma.

- Forma y magnitud de la Tierra. - Círculos trazados sobre el Globo. - Longitud y latitud. - Modo de determinar la longitud y la latitud. - Globos y mapas.

Capítulo dos. De la Tierra considerada en sus relaciones con los cuerpos celestes. - Del Sol. - De los Planetas. - Zodíaco. - De los Cometas. - De los Satélites. - Revolución de la Tierra alrededor del Sol. - Zonas. - Coluros. - Posiciones de la esfera. - Climas. - De la Luna y sus movimientos. - De las Estrellas y extensión del Universo. - Problemas que se resuelven por medio del Globo terrestre. 

Libro segundo. Geografía Física. (p. 78-199)

Capítulo primero. División general de la superficie del Globo.

Capítulo dos. Definiciones geográficas.

Capítulo tres. Nociones orográficas.

Capítulo cuatro. Orografía Universal.

- Montañas de Europa. - Montañas del Asia. - Montañas de Africa. - Montañas de América. - Volcanes.

Capítulo V. Nociones auxiliares de historia natural.

Capítulo VI. Clasificación del linage (sic) humano por sus variedades o diferencias físicas.

Capítulo VII. Aguas de los continentes y de las islas o hidrología terrestre.

Capítulo VIII. Aguas de los mares o hidrología marina.

Capítulo IX. De la Atmósfera. 

Libro tercero. Geografía Política. (p. 200-274)

Capítulo primero. Nociones sumarias.

Capítulo II. Reseña geográfica y política de las diferentes creencias y profesiones religiosas de los pueblos.

Capítulo III. De las lenguas consideradas como rasgos característicos para la clasificación de las naciones. - Mapamundi etnográfico del Globo.

 

PARTE SEGUNDA. Geografía Moderna Descriptiva

Libro Primero. De la Europa. (p. 275s)

- Capítulo primero. Nociones generales de esta parte del mundo.

- Capítulo II. Parte primera. Descripción del Reino de España.

Posición astronómica. Dimensiones. Confines. División geográfico-política. Montañas y ríos. Canales. Lagos. Islas. Clima. Producciones. Reino vegetal. Reino animal. Reino mineral. Manufacturas. Comercio. Gobierno. Administración superior. Administración judicial. Administración militar. Fuerzas militares. Religión. Organización y gerarquía (sic) eclesiástica. Rentas del Estado en España. Deuda nacional.

Reseña topográfica: Provincias de Castilla la Nueva. Provincias de Castilla la Vieja y del Reino de León. Provincias del Reino de Galicia. Provincias Vascongadas. Provincia de Navarra. Provincias del Reino de Aragón. Provincias de Cataluña. República de Andorra. Provincias de la Capitanía General de Valencia. Islas Baleares. Provincias del Reino de Granada. Provincias de Extremadura.

Portugal

Parte segunda. Francia. Bélgica. Holanda. Suiza. Alemania. Prusia. Austria.Islas Británicas. Dinamarca. Suecia. Rusia europea. República de Cracovia. Italia.Turquía europea. Grecia.

- Capítulo III. Asia.

Rusia Asiática. Turquía asiática. Persia. Afganistán. Herat. Beluchistán. Tartaria independiente o Turkestán. Imperio chino. Japón. Arabia. Indostán. Indo-China.

- Capítulo IV. África.

Región del norte. Región del este. Región del oeste. Región del sur. Región del centro. Islas.

- Capítulo V. América.

Cuadro de la clasificación de los pueblos de América según las lenguas. Geografía particular. La Unión (Estados Unidos, etc.). (Siguen los distintos países de América).

- Capítulo VI. Oceanía.

 

PARTE TERCERA. Geografía Antigua. (Capítulos diferenciados según continentes). Apéndice a la Geografía

¿QUÉ ES LA GEOGRAFÍA?

 

Los siguientes ejercicios, del 1 al 3, se proponen como alternativos o complementarios para animar a pensar, y a pensar sobre la Geografía y el quehacer de los geógrafos. El 4 no es propiamente un ejercicio, sino un corolario apropiado para finalizar cualquiera de los otros tres ejercicios.

 

1. ¿Qué es la Geografía? Intenta escribir una definición, o piensa en cómo se lo explicarías a una persona cualquiera.

Tiempo: 10 a 15 minutos. Extensión: no más de 5 líneas.

A continuación se expondrá y se anotará de forma sucinta la idea expresada. Se agruparán las respuestas según afinidades que irán defendiendo los participantes. Finalmente la profesora realizará los comentarios pertinentes según los resultados obtenidos. Surgirán, sin duda, frases hechas, tópicos y preconceptos sobre los cuales la profesora podrá llamar la atención y proponer como objeto de análisis durante el resto del curso.

 

2. ¿Qué es la Geografía?. Intenta elaborar una definición a partir de las respuestas que darías a las siguientes preguntas que se proponen como guía:

- ¿Por qué estudias Geografía?.

- ¿Por qué has elegido estos estudios?.

- ¿Qué estudias en Geografía?.

- ¿Qué piensas hacer cuando tengas el título de Licenciado en Geografía?.

- ¿Para qué crees que sirven tus estudios de Geografía?.

- ¿A quién piensas que le va a servir que nosotros trabajemos con la Geografía?.

- ¿Para qué va a servir lo que nosotros hagamos con la Geografía?.

- ¿Cómo crees que vas a poder aplicar los conocimientos geográficos en la vida profesional?.

- ¿Qué problemas tienes a la hora de explicar a alguien lo que estudias?.

- ¿Qué asignaturas te gustaría añadir a la titulación y por qué?.

 

3. ¿Qué es la Geografía?. Aplicar un torbellino de ideas para buscar una palabra relacionada con la Geografía y seguir estos pasos:

- Comunicar el término a los demás participantes, de tal forma que no se produzcan repeticiones.

- Reunir el conjunto de palabras y agruparlas según afinidades que se irán desgranando y consensuando entre los asistentes.

- Comentario del profesor a partir de los resultados obtenidos y enlazando con las cuestiones planteadas en el Módulo 1.

 

4. ¿Qué es la Geografía?. Para finalizar cualquiera de estos ejercicios se propone la lectura de los siguientes textos, que muestran cómo el esfuerzo realizado no es banal y cómo las condiciones históricas y las posiciones conceptuales influyen en la aparición de diversas formas de definir la Geografía, lo que habrá podido observarse a través de la variedad de respuestas obtenidas en el transcurso de los ejercicios.

 

Texto 1. “En la obra ‘The geographer at work’, uno de los escasos libros que presentan la geografía al gran público, Meter Gould (1985, páginas xiv-xv) afirma que ‘la mayoría de la gente no sabe de qué tarata la geografía moderna’. El libro empieza con la historia de una fierta en la que se mantiene la siguiente conversación:

- ¿Y a qué se dedica usted? –preguntó ella.

- ¡Oh! –contesté agradeciendo la tan socorrida pregunta-, soy geógrafo.

Al decirlo, sentí cómo la superficie firme y uniforme se tornaba en el ya acostumbrado cenagal. Ninguna necesidad había de que formulase la siguiente pregunta, pero lo hizo.

- ¿Geógrafo?

- Sí… eso mismo… geógrafo –dije con esa seguridad calladamente entusiasta que sale tan fácilmente de la boca de los médicos, ingenieros, pilotos de líneas aéreas, camioneros, marineros y vagabundos…

- Geógrafo, ¿en serio…?, ¿y qué hacen los geógrafos?

El autor continúa diciendo: ‘No es la primera vez que me sucede, pero resulta tan difícil como si lo fuera. Esa horrible sensación de desesperación absurda en la que todo un geógrafo profesional es incapaz de explicar de una forma breve y sencilla a qué se dedica’.

Este relato recoge una experiencia típica de muchos geógrafos e ilustra perfectamente lo poco que sabe el público acerca del trabajo de estos profesionales. Tal ignorancia no puede achacarse completamente al hombre de la calle, puesto que los propios geógrafos se han mostrado con frecuencia bastante vagos a la hora de explicar y justificar su papel en la sociedad. De hecho, ante la pregunta lanzada en la fiesta a la que nos hemos referido, muchos de los profesores e investigadores en geografía se cubrirían con frases como: ‘Bueno, en realidad me dedico al estudio del suelo’ o ‘Laverdad es que soy asesor en materias de desarrollo’. No es nada fácil establecer el porqué de estas respuestas, pero sin duda se debe, en parte, a que los geógrafos son conscientes de que la percepción general de la disciplina está tan alejada de su práctica profesional cotidiana que decir que son sencillamente geógrafos carecería de sentido” (Unwin, 1995: 20-21).

 

Texto 2. "Definir la geografía a un público no especializado en la materia resulta, con frecuencia, una tarea difícil. Ello es así por dos tipos de razones. En primer lugar, porque el contenido semántico de la expresión 'geografía' puede haberse modificado en los más de dos milenios y medio en que se utiliza. En segundo lugar, por las divergencias que existen entre los mismos geógrafos en la definición de su ciencia"

(Capel, 1987: 4).

DEFINIENDO LA GEOGRAFÍA

 

1."La mayor parte de la geografía satisface las necesidades de los estados… la geografía en su conjunto tiene un vínculo directo con las actividades de los dirigentes... La descripción que ofrece la geografía es de importancia para los hombres que deben saber si esto o aquello es de tal manera y otra, conocido o desconocido.

Así, podrán gobernar sus diversos asuntos de forma más satisfactoria si conocen las dimensiones de un territorio, cuáles son sus accidentes y las características del cielo o el suelo… un cazador tendrá más éxito en la caza si conoce el carácter y extensión del bosque; y, además, sólo aquel que conozca una región podrá escoger el mejor lugar para acampar en ella o tender una emboscada o dirigir una marcha".

Estrabón, ca. 60 a.C.- 21 d.C.. En: T. Unwin, 1995: 83-84

 

2. "La geografía es la representación gráfica de todo el mundo conocido, junto con los fenómenos en él contenidos. Difiere de la corografía en que ésta, seleccionando algunos lugares de entre la totalidad, trata más ampliamente los detalles de cada uno, incluso con referencia a las localidades más pequeñas concebibles, tales como puertos, fincas agrícolas, aldeas, cursos de agua y otras semejantes. Corresponde a la geografía mostrar la Tierra habitable conocida como una unidad en sí misma, cuál es su situación y cuál es su naturaleza; y trata de aquellos rasgos mencionables en una descripción general de la Tierra, tales como las mayores villas y las grandes ciudades, las cordilleras y los ríos principales".

Ptolomeo, ca. 90-168 d.C. En: "Los grandes conjuntos regionales", introd.. al vol. 3 de Geografía de la Sociedad Humana, E. Lluch Martín (dir. y autor de esta introducción), Barcelona, Planeta, 1982-1984.

 

3. La G general es "la que considera a la Tierra en conjunto y explica sus propiedades sin tener en cuenta las particularidades de cada región".

B. Varenio, 1622-1650. En: H. Capel, 1981: 42

 

4. “Excelencia de la Geografía. La dedicación a tal materia consigue: 1) Dignidad, porque es esencial para el hombre habitante de la Tierra y dotado de razón entre los demás seres animados; 2) Es también algo ameno y, sin duda, un honesto esparcimiento contemplar las regiones de la Tierra y sus características; 3) Gran utilidad y necesidad, pues ni los teólogos ni los médicos ni los jurisconsultos ni los historiadores ni los demás escritores pueden carecer de un conocimiento de Geografía si quieren avanzar un poco en sus investigaciones. Esto ya ha sido demostrado por otros y puede ser ilustrado con muchos ejemplos”.

B. Varenio, 1622-1650.

 

5. "La geografía es la ciencia de los lugares y no de los hombres, (...) tiene por misión especial investigar cómo las leyes físicas o biológicas que rigen el globo se combinan y se modifican al aplicarse a las diversas partes de la superficie terrestre. La geografía las considera en sus combinaciones e interferencias (...). La geografía tiene como misión especial estudiar las expresiones cambiantes que adopta, según los lugartes, la superficie terrestre. (...) el análisis de estos elementos, el estudio de sus relaciones y de sus combinaciones, constituye la trama de toda investigación geográfica".

P. Vidal de la Blache, 1843-1918. En: H. Capel, 1981: 334-335

 

6. "La geografía matemática, donde se estudia la forma, tamaño y movimiento de la Tierra, así como sus relaciones con el sistema solar al que pertenece"; "La geografía moral, donde se explican las diversas costumbres y características de las gentes de las diferentes regiones"; "La geografía política, en la que se contempla la organización política de un estado totalmente dependiente de su geografía física"; "La geografía comercial, que se ocupa de los intercambios mercantiles y establece vínculos entre las áreas excedentarias y las deficitarias"; y "La geografía teológica, que estudia cómo se transforman los principios teológicos debido a las diferencias del terreno".

I. Kant, 1802. En: T. Unwin, 1995: 108-109

 

7. "La expresión geografía, utilizada en el sentido de descripción de la Tierra, es desafortunada y ha confundido a la gente; nos parece que con ello simplemente se alude a los elementos, cuyos factores son la verdadera ciencia de la geografía. Esta ciencia intenta nada menos que poseer la más completa y más cósmica imagen de la Tierra; resumir y organizar en una bella unidad 'todo' lo que conocemos del globo... La geografía es el departamento de la ciencia que estudia el planeta en todas sus características, fenómenos y relaciones, como una unidad interdependiente, y muestra la conexión de este conjunto unificado con el hombre y con el Creador del hombre".

C. Ritter, 1779-1859. En: H. Capel, 1981: 48

 

8. El objeto propio de la Geografía es "el conocimiento del amplio campo de las interacciones causales" que se producen en la superficie de la Tierra.

F. von Richthofen, 1883. En: H. Capel, 1981: 103

9. La Geografía debería proponerse "el reconocimiento de la forma y disposición de los fenómenos de la superficie terrestre, en tanto que son perceptibles por los sentidos".

O. Schlüter, 1872-1952. En: H. Capel, 1981: 346

 

10. "La geografía es la ciencia corológica de la superficie terrestre. La Geografía es la ciencia de la superficie terrestre según sus diferencias regionales".

A. Hettner, 1905. En: J. Gómez Mendoza et al., 1982: 72

 

11. La Geografía es "el estudio de las relaciones que existen entre el entorno físico y los organismos, en particular la especie humana".

W. M. Davis, 1906. En: J. Gómez Mendoza et al., 1982: 56

 

12. “Una nota a reseñar es la escasa presencia cartográfica en los trabajos. Sólo cuatro de los once recibidos y aceptados poseen mapas y planos que ayuden a comprender mejor los procesos descritos y las conclusiones aportadas. Llama la atención cómo el momento en el que la consecución de un aparato cartográfico se ha facilitado enormemente, coincide con un menor esfuerzo por aportar algo que, en última instancia, es lo que legitima a los geógrafos: la elaboración de mapas”.

V. Fernández Salinas, “El papel del planeamiento territorial en la configuración de los espacios residenciales”, relatoría en el XIX Congreso de Geógrafos Españoles “Espacios públicos, espacios privados. Un debate sobre el territorio” (Santander, 26 al 29 de octubre de 2005).

 

13. La Geografía es "la ciencia que se refiere a la formulación de leyes que rigen la distribución espacial de ciertas características en la superficie de la tierra".

F. Schaefer, 1953. En: H. Capel, 1981: 381

 

14. La Geografía es una "ciencia de síntesis en la encrucijada de los métodos de ciencias distintas".

P. George, 1970-71. En: J. Gómez Mendoza et al., 1982: 91.

15. "La geografía como tal, la geografía como ciencia humana (es el) estudio de las relaciones estáticas y, sobre todo, dinámicas, entre todos los factores que influyen en la vida cotidiana y el destino de una colectividad humana considerada en su espacio propio y en su lugar en el sistema de las relaciones planetarias".

P. George, Geografía social del mundo, Barcelona, Oikos-Tau, 1980 (2ª ed.,1ª ed. fr. 1971), p. 9

 

16. "La geografía económica estudia la distribución de toda clase de materiales, recursos, actividades, instituciones, costumbres, capacidades y tipos de habilidades que desempeñan algún papel en el mantenimiento de los hombres. [...]. Su principal problema es descubrir las formas en que la distribución de las condiciones físicas influencia la distribución de los métodos con los que la gente satisface sus necesidades de alimentación, vestido, alojamiento, herramientas y otros productos".

E. Huntington, 1947. En: H. Capel: Geografía humana y ciencias sociales, 1987.

 

17. "La geografía económica es el estudio de la acción recíproca entre el espacio terrestre y su contenido, con el hombre economizante, y por tanto de la extensión y explicación de sus fenómenos y consecuencias. Como fin último científico se persigue.... la investigación y conocimiento del paisaje económico natural y creado, es decir, la obtención del cuadro espacial o del paisaje en la medida en que ha sido condicionada por momentos económicos".

R. Lütgens, 1951. En: H. Capel: Geografía humana y ciencias sociales, 1987.

 

18. "La geografía económica es esencialmente una ciencia del comportamiento. Como ciencia del comportamiento que se refiere a la dimensión espacial de los sistemas económicos, la geografía económica está interesada por la construcción de principios generales y teorías que expliquen la operación del sistema económico en el espacio. Es pues, un campo de estudio nomotético, más que idiográfico".

P. E. Lloyd y P. Dicken, 1972. En: H. Capel: Geografía humana y ciencias sociales, 1987.

 

19. "La geografía agrícola es una parte de la geografía económica. Hoy en día se interesa esencialmente por los procesos de producción y desde el principio se debe tratar de clasificarlos y abarcarlos. Por lo tanto debemos emplear conceptos básicos importantes y principios de economía, puesto que la agricultura es una actividad económica, por muy importantes que puedan ser para un granjero los conocimientos de las relaciones de suelo y humedad. Podemos decir que, como la economía, es una ciencia de elección, puesto que la geografía agrícola se interesa por la elección, pero con un especial aspecto de la situación. Así pues, aunque la localización de una empresa cualquiera puede ser generalmente interpretada en relación con los factores económicos y biológicos conocidos, es evidentemente el producto de las decisiones tomadas por varios granjeros para que esta empresa se desarrolle o no, o el de su desconocimiento de los métodos a los que podría ajustarse su esquema de operaciones o sus sistemas agrícolas. Puesto que la granja es la unidad de toma de decisiones, debería ser el centro de interés más importante para el geógrafo agrícola, tanto por lo que se refiere a la investigación como al desarrollo de la teoría".

W. B. Morgan y R. J. C. Munton (1975): Geografía Agrícola. Omega, Barcelona, p. 1.

Nota. Las obras que no se citan se incluyen en la Bibliografía.

CAPEL. HISTORIA DE LA CIENCIA

 

CAPEL SAEZ, H. (1989): "Historia de la ciencia e historias de las disciplinas científicas. Objetivos y bifurcaciones de un programa de investigación sobre historia de la geografía". Geocrítica, 84.

 

El estudio expone las razones del proyecto científico del autor y su comunicación a la comunidad de geógrafos a través, fundamentalmente, de la revista Geocrítica.

Se anima a los alumnos a su lectura al objeto de analizar las fases de un proceso de investigación: marco conceptual, justificación e interés de los temas planteados, proceso de producción y sus vicisitudes, relaciones científicas y culturales, cambio de paradigma, equipo investigador, importancia de la comunicación, áreas pendientes de ser investigadas. 

Se transcriben algunos fragmentos en los que se justifica el interés de una Historia de la Geografía.

 

Por qué una historia de la Geografía

“Las mismas historias disciplinarias desempeñan un papel importante en la estructuración y reestructuración constante de los campos del saber, proporcionando a los científicos una imagen de sí mismos, de la comunidad a la que pertenecen y del sentido de su trabajo. A través de la historia de la disciplina se forjan y difunden los mitos y las ideologías que dan cohesión a la comunidad científica: quiénes son sus progenitores y figuras más destacadas, su dignidad como verdadera ciencia, los objetivos y la relevancia social de su trabajo, las relaciones de cooperación o conflicto con otras disciplinas o subdisciplinas.

Si cada disciplina tiene su propia historia, a veces en contradicción o solapamiento con las vecinas, también es cierto que dentro de una misma disciplina la historia no es siempre la misma. Los cambios teóricos que se producen, en especial los cambios revolucionarios, los que conducen a la difusión e imposición de lo que Kuhn llamaría un nuevo paradigma, obligan a reescribir continuamente la historia, tanto para justificar y apoyar el cambio como para impedirlo y defender la situación alcanzada, y en cualquier caso, para legitimar con referencias al pasado los puntos de vista actuales.

 

Existen, pues, historias disciplinarias dirigidas a públicos distintos. Unas hacia el exterior de la comunidad, lo que normalmente significa para los miembros de otras comunidades científicas competidoras; en esos casos se trata de justificar la identidad, la validez y, a veces, incluso el carácter científico de la disciplina, todo lo cual es absolutamente necesario para lograr el reconocimiento en el seno de una estructura académica y competitiva con recursos limitados. Otras, más frecuentemente, hacia el interior de la propia disciplina; bien para socializar a los catecúmenos, adoctrinándolos, a través de la presentación histórica del pasado, en los principios y métodos de la disciplina; o bien para defender los puntos de vista de los científicos en los debates con sus colegas o en las controversias sobre teoría y métodos de la disciplina.

 

A través de la historia de la disciplina se puede observar la posición que adopta un científico en las polémicas y en los cambios que afectan a su ciencia, tanto por la cita y valoración que realizan de los precedentes y antepasados, como por las omisiones y silencios, y, desde luego, por la misma selección de los materiales incluidos. El tema de los padres o antecedentes es de gran interés. Son ellos los que abren el camino hacia el presente, anticipando o preparando los desarrollos actuales; son también ellos los que con su prestigiosa figura dan validez, en una fase inicial, a las propuestas que después triunfan”. (pp. 10-11).

 

“En cualquier caso, sea cual sea el camino por el que se llega a ella, la historia de la geografía puede contribuir a edificar una teoría geográfica que tenga en cuenta el origen y la evolución de los conceptos que se usan, que relativice el método científico, que muestre la carga ideológica de muchos postulados o teorías, o que permita tomar conciencia de hasta qué punto las ideas son generadas, contrastadas y difundidas, socialmente, en el seno de comunidades científicas, y cómo se ven afectadas por concepciones intelectuales más generales, desde las religiosas a las políticas o estéticas. Y en un mundo cambiante como el de hoy, con una rápida y profunda reestructuración de los campos del saber, la historia de la geografía, entendida como una historia comparada de esta disciplina científica, puede ayudar al joven estudiante a mostrarle la configuración histórica y cambiante de las ramas de la ciencia y de las comunidades científicas, preparándole de esta forma para que rechace las anteojeras disciplinarias y se ‘indiscipline’ cuanto antes, si lo considera necesario –algo muy alejado, desde luego, de las funciones legitimadoras y socializadoras que tradicionalmente han desempeñado las historias disciplinarias”. (p. 63).

WAGENSBERG. KANT Y EL GRILLO SORDO

 

Jorge Wagensberg es director del Museo de la Ciencia Fundación La Caixa

 

Un alumno sorprende a su orientador de doctorado con una demostración sobre el comportamiento de los grillos. Coloca nueve individuos en tres filas de a tres sobre la mesa y los hace desfilar a son de silbato. Adelante, derecha, media vuelta, alto, rompan filas. ¡Magnífico! ¿Cómo lo has hecho? Pues esto no es nada. El doctorando elige un grillo de la última fila, le arranca las seis patas y repite el ejercicio. Nueva hipótesis, resultado nuevo: todos los grillos desfilan menos uno. ¿Y? piensa el profesor ¿Cuál es la tesis? Ésta: los grillos ápodos son sordos. Si lo desea podemos repetir la experiencia con otro grillo ...

Reflexionemos según Kant: Un juicio analítico es aquél cuyo predicado es parte del sujeto: "un grillo tiene seis patas". Un juicio sintético es aquél cuyo predicado no está incluido en el sujeto: "un grillo aprende a desfilar". Un juicio a priori es un juicio independiente de la experiencia (aunque se inspire en ella): "un grillo es un insecto". Un juicio a posteriori es un juicio que depende de la experiencia: "un grillo sin patas es sordo".

Todos los juicios analíticos son a priori. No aportan nada nuevo al conocimiento, pero sí son valiosos para aclarar conceptos, para sugerir buenas definiciones y para transitar con seguridad de una a otra. También existen juicios sintéticos a posteriori. Son frágiles y dudosos pero útiles. El conocimiento puede progresar con ellos. ¿Existen juicios sintéticos a priori? Eso no está tan claro. Es la gran pregunta de Kant. La polémica arranca antes de este pensador y aún dura (Hume, Leibnitz, Quine, Moulines ...) Un juicio así abarcaría la solidez de lo a priori y la utilidad de lo sintético. En el límite equivale a una verdad eterna no trivial, una verdad que no depende de la realidad, pero que la hace inteligible, una verdad necesaria y universal que se inspira en la experiencia sensible, pero que no se origina en ella. Kant sugiere que la estructura misma de la física se asienta en enunciados de esta clase. ¿Pero no ocurre lo mismo con una idea como la de la evolución por selección natural de Darwin? Sintético a priori: ¿No es lo mínimo que se le puede pedir a un enunciado que aspire a Principio Fundamental de la Naturaleza?

Pero volvamos a nuestro infortunado grillo ápodo. El doctorando bien podría concluir con una de estas proposiciones:

I) Los grillos sin patas no desfilan por dificultades mecánicas.

II) Los grillos sin patas no desfilan porque no están de humor.

III) Los grillos sin patas no desfilan porque son sordos.

La primera tesis es analítica y a priori. La ciencia no avanza. Suspenso. La segunda tesis es sintética a posteriori. Avanzamos poco. La tesis no se arriesga demasiado a ser desmentida o confirmada por la realidad. Aprobado justo. La tercera tesis es, de momento, un a posteriori bien verificable y mejor falsable. Pero quizá llegue a inspirar un solemne sintético a priori. Alguien podría intuir el universo en el que este a posteriori se convierte en un a priori. Con ello mejoraríamos la definición de grillo (pasamos a saber más de los grillos). Sobresaliente cum laude.

Casi me olvido: si acercamos una lupa al primer segmento de una pata anterior de un grillo nos llevaremos una sorpresa. Allí, justamente allí, hay fijado un pequeño dispositivo: es el tímpano con el que oyen los grillos y otros tantos primitivos ortópteros.

LOS MÉTODOS DE LA GEOGRAFÍA

 

1. "La naturaleza y la Biblia derivan ambas de Dios, y es absurdo querer contradecir la naturaleza, que es la expresión directa de la voluntad divina, sobre la base de la interpretación humana de las Sagradas Escrituras. Por el contrario, se debe aprender a leer e interpretar las escrituras a través de la naturaleza".

Galileo Galilei, 1633.

 

2. "Las correrías lejanas, que no han servido durante largo tiempo más que para suministrar la materia de cuentos de aventuras, no pueden ser instructivas sino en tanto que el viajero conozca el estado de la ciencia cuyo dominio deba extender y en cuanto que sus ideas guíen a sus investigaciones y le inicien en el estudio de la naturaleza".

A. von Humboldt, 1769-1859. En: H. Capel, 1981: 35

 

3. La investigación debe hacerse "guiada por un cierto número de ideas directrices. Además, sin este stock de ideas, estas hipótesis y teorías (...) el hombre no llegará nunca a engendrar un Todo". Y aún más, "la ausencia de teoría no es una garantía de verdad y no protege en absoluto de la parcialidad".

C. Ritter, 1779-1859. En: H. Capel, 1981: 64

 

4. "Aunque por virtud de nuestra facultad de abstraer, concebimos la vida en general, indeterminadamente, tal modo de ser no existe en la realidad, donde la actividad se nos ofrece siempre concretamente, limitada bajo todos los aspectos y relaciones, confinada en un singular estado y moviéndose sin solución de continuidad del estado presente hacia el siguiente, sin salirse jamás de lo concreto".

Sales y Ferré, Estudios de sociología, 1889, p. 1.

 

5. "Por encima de las mil combinaciones que hacen variar hasta el infinito la fisonomía de las regiones, hay unas condiciones generales de formas, de movimientos, de extensión, de posición, de cambios, que nos recuerdan sin cesar la imagen de la Tierra. Los estudios locales, cuando se inspiran en este principio de generalidad superior, adquieren un sentido y un alcance que rebasan con mucho el caso particular que en ese momento contemplan".

P. Vidal de la Blache, "El principio de Geografía General" [1895-1896]. En: Didáctica Geográfica, 1977, nº 2, p. 49-59.

 

6. "El esquema (del que se está tratando)… no es del gusto de algunos geógrafos, cuyas investigaciones parten de la idea de que la Geografía, a diferencia de las otras ciencias, debe desarrollarse sólo mediante el uso de ciertas facultades mentales, en especial las de observación, descripción y generalización. Pero parece claro que la Geografía ya se ha perjudicado demasiado por no utilizar la imaginación, la invención, la deducción y las demás facultades mentales que contribuyen al logro de una explicación rigurosa…. Está claro que no se puede alcanzar un desarrollo completo de la Geografía hasta que todas las facultades mentales cuyo cultivo resulte adecuado en algún sentido sean dominadas y ejercitadas en la investigación geográfica".

W.M. Davis: "El ciclo geográfico", 1899.

 

7. "Lo que en ellas [las excursiones] aprende en conocimiento concreto es poca cosa,

si se compara con la amplitud de horizonte espiritual que nace de la varia

contemplación de hombres y pueblos...; con el mundo, en suma, de formación social

que se atesora en el variar de impresiones, en el choque de caracteres, en la estrecha

solidaridad de un libre y amigable convivir de maestros y alumnos".

M. B. Cossío (Institución Libre de Enseñanza).

8. "He estado hace pocos días en los altos de la sierra de Gredos, espinazo de Castilla;

he acampado dos noches a dos mil quinientos metros de altura sobre la tierra y bajo el

cielo; he trepado el montón de piedras que sustenta el risco Almanzor; he descansado

al pie de un ventisquero contemplando el imponente espectáculo del anfiteatro que

ciñe a la laguna grande de Gredos... Traigo el alma llena de la visión de las cimas de

silencio y de paz y de olvido...

Algunos relatos de viajes y excursiones llevo escritos ya, pero he de dejar tal

vez en el silencio en que los recojí (sic) los sentimientos más hondos que de esas

escapadas a la libertad del campo he logrado...

El público, oh lector, quiere cosas concretas, noticias, datos, informaciones. Y yo

cada día odio más la información y me interesa menos la noticia. Uno de los mayores

encantos allá en las alturas de Gredos, era carecer de diarios, no recibir cartas...

El cuerpo se limpia y restaura con el aire sutil de aquellas alturas y aumenta el

número de glóbulos rojos..."

Miguel de Unamuno: "De vuelta de la cumbre". 1911.

9. Cambio de dirección en los objetivos del Club Alpino Suizo:

"La sociedad tiene como finalidad explorar nuestros Alpes recorriéndolos en

todas direcciones y, con ayuda del Atlas Topográfico General, conocerlos

principalmente desde el punto de vista geográfico, de la historia natural y de la

reproducción artística de sus bellezas naturales". 1862

"El Club Alpino Suizo es una asociación de amigos del mundo alpino. Sirve de

centro de coordinación para los alpinistas en Suiza. Estimula, en la medida de sus

posibilidades, lo que puede contribuir a facilitar las excursiones a los Alpes suizos, la

explotación de nuestras montañas y la protección de su belleza. Subvenciona, dentro

de la medida de sus recursos, los programas encaminados al estudio científico de los

Alpes". 1907

Marti-Henneberg, J. (1986): "La pasión por la montaña. Literatura, pedagogía y ciencia en el

excursionismo del siglo XIX". Geocrítica, 66.

10. "El análisis regional aplicado a este área-tipo [las Montañas de Burgos] hace

posible una disección aleccionadora del complejo proceso de reorganización espacial

del solar hispano, aunque sea a la escala minúscula en que lo hago. De las fuerzas

que los promueven, las que lo facilitan y las que lo obstaculizan, los factores que

intervienen y su valoración".

J. Ortega Valcárcel, La transformación de un espacio rural. Las Montañas de Burgos, Valladolid,

Universidad, 1974, p. 10.

11. "Ninguno de los diferentes lenguajes observacionales -científicos, teológicos,

míticos, etc.- puede jactarse de una relación unívoca con los hechos que le permita

juzgar a los demás". "Una ciencia que se vanagloria de poseer el único método

correcto y los únicos resultados aceptables es una ideología que debe ser separada

del estado y, sobre todo, de la enseñanza... Un ciudadano responsable no es un

hombre instruido en una ideología concreta... un ciudadano adulto es aquel que ha

aprendido a tomar decisiones por sí mismo y que ha elegido lo que piensa que más le

conviene".

Paul K. Feyerabend, Contre la méthode, 1975. En : Stengers, 1991: 264

12. "El punto de vista del geógrafo quiere observar, razonar, sentir e imaginar; quiere

ser al tiempo... una perspectiva científica e intelectual, ética y estética... Todas las

facultades subjetivas pueden entrar en juego: no hay necesidad alguna de mutilar al

sujeto que quiere entender lo geográfico. Para captar y comprender cumplidamente la

naturaleza y el paisaje no sobra ninguno de los variados recursos que el sujeto

posee... El geógrafo observa, pero también -al tiempo, inseparablemente- piensa,

siente e imagina. Ninguna de sus facultades efectivas debe quedar exiliada del

ámbito de su quehacer geográfico: no se trata de mutilar al sujeto, se trata de

movilizar todas sus capacidades -todas son, en rigor, necesarias- para conseguir

captar y comprender el sentido mismo de lo geográfico. El geógrafo precisa -lo

advirtió expresamente Reclus- amplitud de espíritu y grandeza de miras, no puede

renunciar a esa parte de "humanidad" que todo saber humano comporta. Es el sujeto

entero, no su caricatura esquizofrénica, quien se encuentra comprometido en la

empresa".

"La actitud del geógrafo expresa una decidida voluntad de unidad que afecta a

partes iguales a la mirada y a lo mirado. Trata de aprehender geográficamente las

múltiples relaciones que propician la percepción unitaria de la naturaleza y del

paisaje: la unidad analógica y metafórica incluye al hombre y conecta lo universal y lo

particular, el Todo y sus partes. La voluntad de unidad es indisociablemente

generalizadora y comparativa, no separa la intención "general" de la intención

"regional". Y esa misma voluntad de unidad... reclama el concurso pleno de la

subjetividad. Reclama una actitud epistemológica flexible y despierta, una estimativa

abierta a lo científico y lo metacientífico, que no ignora la conveniencia de aunar la

experiencia y la idealidad, que auspicia la consecución de un entendimiento de lo

geográfico consciente del beneficio que puede reportar la imbricación del

razonamiento, de la sensibilidad y de la imaginación creadora. Un entendimiento de

lo geográfico que, sin necesidad de escindir las posibilidades formalmente científicas

que en cada momento sea lícito atribuirle, configura un rico y valioso modo de diálogo

cultural con la naturaleza y el paisaje".

N. Ortega Cantero, Geografía y Cultura. 1987. p. 63 y 67-68

13. "Las distintas disciplinas que abarca la Ciencia necesitan de un conjunto de tácticas

o de técnicas específicas para cada una de ellas. Sin embargo, todos los

investigadores que se plantean cualquier tipo de problema están persiguiendo la

veracidad y buscándola de acuerdo con una única estrategia: el método científico; es

decir, no hay diferencia de estrategia entre las Ciencias, sino que éstas difieren sólo en

las tácticas que utilizan para la resolución de sus problemas particulares. Las

disciplinas que no pueden utilizar el método científico no son ciencia aunque puedan

suministrar a la Ciencia material en bruto; tal es el caso, por ejemplo, de la Geografía".

J. F. Morales Domínguez, Metodología y Teoría de la Psicología, Madrid, UNED, 1992 (6ª ed., 1ª reimp.),

p. 20

Nota. Las obras que no se citan se incluyen en la Bibliografía.

WAGENSBERG. CONVERSAR, CONVERSAR.

 

Jorge Wagensberg es director del Museo de la Ciencia Fundación La Caixa.

 

Una mente y un aparato fonador forman una combinación potente. Un mismo individuo es capaz de hacer dos cosas: pensar y hablar. Un chimpancé piensa más que habla y un loro habla más que piensa. Hubieron de pasar millones de años de chapuzas a golpe de selección natural, pero al final llegó el día en el que la conversación se hizo posible. Hablar, escuchar, pensar, hablar de nuevo. La conversación fue y la conversación fue buena. Un mundo de mentes solitarias, asombradas todas ellas por su propia existencia, se pusieron a conversar y a combatir así su miedo a no conocer. El habla afinó la mente y la mente sofisticó el habla. Comenzaba así la era del conocimiento abstracto, la era de la mente parlante.

La conversación tiene un curioso caso particular y una notable variante. El primero se da cuando las dos mentes conversadoras resulta que son la misma mente, cuando una mente conversa con ella misma: es la reflexión. Hablarse, escucharse, pensar, hablarse de nuevo. El segundo sentido –figurado- se da cuando una de las dos mentes resulta que no es una mente sino la propia naturaleza. Es cuando una mente pregunta a la naturaleza y ésta se digna a responder a la provocación.

Perturbar, observar, pensar, perturbar otra vez. La mente conversa con una realidad: es la experimentación. Pensar y experimentar, dos formas de conversar. La ciencia es conversación. Las virtudes y los vicios de un científico se parecen mucho a las virtudes y los vicios de un conversador.

Virtudes: imaginación con la metáfora, olfato para lo contradictorio y lo incompleto, afición por las convergencias ocultas, más interés por las preguntas y las negaciones que por las respuestas y las afirmaciones, alegría por el cambio (incluso si afecta a la propia opinión), pánico al aburrimiento, afición por la discrepancia y… disposición a reirse de uno mismo. El científico y el conversador virtuosos creen en la conversación y, para ellos, el interlocutor es un lujo.

Vicios: navegación a la deriva (abrir más paréntesis de los que se cierran), apego a la verdad vigente (conversar para conservar), propensión a usar el turno de palabra ajeno para escarbar entre las recetas blindadas, es el horror al silencio, es el síndrome bicicleta (si dejo de pedalear me caigo), o sea, no hay tiempo para ponerse a pensar (… siempre se puede recurrir a un vicio menor para, como mínimo, arañar algunos segundos para la reflexión: los físicos, por ejemplo, levantan las cejas y, con un leve golpe de hombro, dicen: “¿Y…?”; los biólogos también arquean las cejas, pero con sorpresa, y dicen: “¿Ah sí?...; los arqueólogos y paleontólogos cabecean con preocupación y dicen: “No creas, no creas…”; los matemáticos fruncen el ceño y murmuran una de estas dos sentencias: “Eso es trivial” o “eso no tiene sentido…”. El científico y conversador viciosos no creen en la conversación y, para ellos, el interlocutor (sea éste una mente ajena o la propia naturaleza) es un fastidioso trámite a sortear.

Comprender y aprender quizá sean, en último término, actividades rigurosamente individuales. Pero siempre ocurren en el extremo de alguna forma de conversación. Un proyecto de investigación, una escuela, una exposición, un museo, una conferencia, un texto, una obra de arte o un pedazo cualquiera de conocimiento sólo son algo si proveen estímulos a favor de la conversación.

Conversar es quizá el mejor entrenamiento que puede tener un ser humano para ser un ser humano… No recuerdo haber conversado mucho durante los veinte años que he pasado en las aulas.

WAGENSBERG. LAS PALABRAS DEL CONOCIMIENTO

 

Jorge Wagensberg es director del Museo de la Ciencia Fundación La Caixa

 

El conocimiento es una representación mental (necesariamente finita) de una complejidad (presuntamente infinita) capaz de atravesar la realidad para alcanzar otra mente. Por definición entonces, por esta definición, no hay conocimiento que no se pueda transmitir. Cuando una complejidad no puede saltar de una mente a otra, entonces quizá sea una idea, una intuición, una vivencia o una visión..., pero aún no es conocimiento. Conocimiento es la forma que adquiere una idea para sobrevivir al tránsito entre dos mentes. Crear conocimiento es tratar ideas para este viaje. Y, según sea el tratamiento recibido, el conocimiento será ciencia, arte o revelación.

Pero todo conocimiento necesita, para cruzar la realidad, convertirse él mismo en un pedazo de realidad. Existen prestigiosas maneras de hacerlo: libros, partituras, conferencias, conciertos, museos, esculturas, pinturas, películas, programas de radio o televisión,... Cada una de estas vías tiene un elemento transportador de conocimiento que le es esencial, una unidad que, genéricamente, podemos llamar palabra de conocimiento.

Existe palabra hablada. Es prioritaria en la conversación, cursos, debates, conferencias,... En una conferencia, por ejemplo, uno se puede ayudar de la palabra escrita, pero sólo como accesorio. Se puede leer un párrafo, o dos, pero para dormir a una audiencia no hay nada más infalible que leer en lugar de hablar. La palabra escrita es prioritaria en libros, artículos,... Una fotografía es una palabra visual bienvenida en libros y conferencias, pero no desplaza nunca a la palabra hablada o escrita.... La imagen es prioritaria en el cine, la televisión, ... Se acepta cine mudo, pero no cine sin imagen. La música se hace con palabra musical: un tono con duración y timbre. La radio es sonido. En danza o teatro el sonido es muy importante pero no prioritario; antes está la palabra que le es propia: el gesto. La física usa la palabra científica, un concepto con rango científico (fuerza, entropía, tiempo,...) reducible a una letra o a un número. La expresión de una ley o de un teorema puede sazonarse con otras palabras, con gráficos, fotos o dibujos, pero las deducciones, fórmulas y ecuaciones se escriben con símbolos propios. Las palabras se combinan para construir frases, frases de textos, frases de diálogo, frases de música, frases de danza, frases de pintura, frases de ciencia, ..., frases listas para zambullirse en la realidad donde nadan otras mentes.

Un museo es un espacio para transmitir conocimiento. Museo, como mosaico o música, procede de musa. Es un espacio para la inspiración, idónea para la primera fase de todo proceso cognitivo: el estímulo. Sea por ejemplo, un museo de ciencia, ¿cuál es la palabra que le es propia? En tales centros encontramos hoy palabras habladas, escritas, bits electrónicos, imágenes, sonidos, maquetas, simulaciones, réplicas, escenografías, actores, guías, copias, moldes, reproducciones,... Vale.

Valen como accesorios. Pero accesorios ¿de qué? ¿cuál es la palabra de museo sin la cuál ni siquiera hay museo?

La palabra de museo es, directamente, un fragmento de realidad capaz de representarse a sí misma. No existe cine sin imágenes, radio sin sonido, poema sin palabras, juego sin simulación, música sin notas, danza sin gestos o cálculo sin números,... ni museos sin objeto real o sin fenómeno real. Es la genuina pieza de museo. Es el experimento mediante el cuál la naturaleza responde al ciudadano sin intermediarios. Eso es un museo: realidad concentrada.

 

Fuente: El País, 14 de mayo de 2003.

EMILIO LAMO DE ESPINOSA. INFORMACIÓN, CIENCIA SABIDURÍA

 

En 1934, en su poema La roca, el poeta T. S. Eliot escribía: "Invenciones sin fin, experimentos sin fin, nos hacen conocer el movimiento pero no la quietud, conocimiento de la palabra, pero no del silencio, de las palabras, pero no de la Palabra". Y añadía: "¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido en el conocimiento? ¿Y dónde está el conocimiento que hemos perdido con la información?". Cuando ciertamente vivimos anegados en información, con conocimientos crecientes, pero con la misma sabiduría de hace tres mil años, si acaso, no sobra comentar esta profunda intuición.

Pues, ciertamente, información, conocimiento y sabiduría son tres modos o maneras del conocimiento, pero de muy distinto alcance y desarrollo. La información nos proporciona datos, bits, nos dice lo que es y cómo es lo que es, puede ser digitalizada, archivada y transmitida. Hoy la encontramos en la red de la web mundial, donde basta acceder a un buen buscador, como Google, para obtener toda la información del mundo, la práctica totalidad de los libros clásicos y modernos, toda la música, todos los datos que deseemos. Ya casi nadie consulta una enciclopedia (por eso las regalan con los periódicos), pues es más rápido consultar Internet, inmensa memoria de la humanidad y gigantesco depósito de información acerca de todo. De modo que basta una barata conexión a Internet para tener acceso a bases gigantescas de información.

El conocimiento es otra cosa, es la ciencia, un saber que, a partir de muchos datos, y combinando inducción y deducción, me dice no lo que es, sino lo que puedo hacer. La ciencia es otro depósito, esta vez de teorías o modelos del mundo o, mejor, de partes del mundo, y me dice cómo hacer esto o lo otro. El conocimiento necesita información, por supuesto, pero lo importante hoy es que, al haberse democratizado el acceso a la información, ésta cada vez vale menos. Lo importante no es tener información; todo el mundo la tiene. Lo importante es discriminar la información relevante de la que no lo es, separar información y ruido. Y eso no es tarea de la información, sino del conocimiento científico. A medida que el bit de información baja de precio, sube el valor del conocimiento.

Pero el conocimiento científico tiene también sus límites. Pues la ciencia es un saber instrumental que me muestra qué puedo hacer, pero de ningún modo qué debo hacer. Lo sabemos al menos desde la crisis del positivismo clásico a comienzos del pasado siglo, cuando ese gigantesco pensador que fue Wittgenstein, y aludiendo justamente al tema de los valores (a la "muerte de Dios"), dijo aquello de que "sobre lo que no se puede hablar, mejor es callarse". Pues poco sensato podemos decir de los valores si los analizamos desde el discurso científico, de modo que, desde entonces, con el neopositivismo, la ciencia se ha construido eliminando los valores; la ciencia debe ser wertfrei, value-free. Y así es, pues de la buena vida, de lo que debemos hacer o no, del sentido último de nuestra existencia, sobre qué amar u odiar, qué es hermoso o repugnante, de eso poco sabe la ciencia.

De eso, ciertamente, se ha venido encargando la sabiduría.

Una forma de saber que, superior a la ciencia y, por supuesto, a la información, trata de enseñarme a vivir y me muestra, de entre todo lo mucho que puedo hacer, lo que merece ser hecho. De modo que, sin sabiduría, la ciencia no pasa de ser un archivo o panoplia de instrumentos que no sabría cómo utilizar. Información, conocimiento y sabiduría responden así a tres preguntas muy distintas: ¿qué hay?, ¿qué puedo hacer?, ¿qué debo hacer?

¿Todo así de claro? Por supuesto que no, pues, como señalaba antes, los ritmos de desarrollo de unas y otras formas del conocer humano son muy distintos. En 1999 había 500 millones de páginas web; en 2002 se calculaban ya 6.000 millones. Se estima que el volumen de páginas web de que disponemos y, por lo tanto, el volumen de información accesible mediante un simple enchufe a Internet se doblan cada tres meses a un ritmo frenético, y lo cierto es que nadamos en masas de información.

El ritmo de desarrollo del conocimiento es más difícil de medir, pero diversas estimaciones rigurosas concluyen que el stock de ciencia válida se ha venido doblando aproximadamente cada 15 años, que es también el ritmo al que se doblan las revistas científicas especializadas y el branching (la ramificación) de especialidades científicas. Y, desde luego, nadie puede poner en duda que se trata de uno de los pocos ámbitos donde podemos hablar con rigor de progreso, pues es difícil dudar que hoy sabemos (o, para ser más precisos, conocemos) bastante más que hace 100 años, y entonces más que hace 200, etcétera. Razón por la que no pocos (yo entre ellos) creemos que, si hay una variable independiente que pueda explicar la historia, ésa es el progreso de los conocimientos. Y todo parece indicar que, tras las dos previas revoluciones científicas, la que pone fin al neolítico para iniciar la historia de los primeros imperios, y la revolución científica europea del siglo XVII, la actual revolución científico-técnica no ha hecho sino comenzar. Podríamos visualizarlo diciendo que ambos crecen en progresión geométrica, pero la información lo hace cada tres meses y el conocimiento, cada 15 años.

Sin embargo, la sabiduría de que disponemos no es hoy mucho mayor de la que tenían Confucio, Sócrates, Buda o Jesús, no parece haber mejorado mucho en los últimos tres mil años y, lo que es peor, no sabemos bien cómo producirla. Tampoco diría que ha retrocedido, pero sí que es casi una constante que ha variado poco o nada en los últimos siglos. Razón por la cual la lectura de la Ética a Nicómaco, de Aristóteles; el De constantia sapientis, de Séneca, o el Sermón de la montaña, de Jesús de Nazaret, tienen hoy tanto valor como cuando fueron publicados, mientras que (como decía Whitehead) la ciencia progresa olvidando sus clásicos, y nadie que desee saber óptica lee hoy la de Newton. Pues si hubiéramos progresado en sabiduría como lo hemos hecho en conocimiento, esos viejísimos textos morales carecerían de valor, como carece de valor actual el Tratado elemental de química, de Lavoisier.

Y hay más aún. Pues si bienes cierto que la ciencia carece de sabiduría, sin embargo se autodefine -y es aceptada casi siempre- como única forma de saber válido. Como ya señalara Thorstein Veblen en 1906 en el primer texto de sociología de la ciencia, "el sentido común moderno sostiene que la respuesta del científico es la única auténtica y definitiva". Puede ser, pero da la maldita casualidad que no responde, ni puede responder, a las preguntas más importantes. No otra cosa dirá Habermas mucho más tarde: "Cientifismo significa... la convicción de que no podemos ya comprender la ciencia como una forma de conocimiento posible, sino que más bien debemos identificar conocimiento y ciencia".

Pero en esa medida, en la medida en que aceptamos, erróneamente, que la ciencia es el único saber válido, ella misma se transforma en un disolvente de todo otro saber alternativo posible, y, por lo tanto, en disolvente de todo saber de fines, en disolvente de la escasa sabiduría de que disponemos. Con el resultado paradójico de que cada vez sabemos más qué podemos hacer (cada vez podemos hacer más cosas), pero sabemos menos qué debemos hacer, pues incluso la poca sabiduría de que disponemos la menospreciamos. Ciertamente, invenciones sin fin, sin finalidad, sin objeto. Así, por poner un ejemplo, sabemos que podemos clonar seres humanos; pero, ¿cuándo y por qué es razonable hacerlo?

Vivimos, pues, anegados de información, con sólidos y eficaces conocimientos científicos, pero ayunos casi por completo de sabiduría. Sospecho que Eliot tenía toda la razón y nuestro problema es que no somos capaces de producir sabiduría, al menos al ritmo al que producimos conocimiento.

Fuente: El País, 22 de enero de 2004.

MÉTODO EMPÍRICO EN MEDICINA

 

La terapia hormonal en tela de juicio

Las contradicciones entre varios estudios muestran que en salud pública los datos definitivos son difíciles de alcanzar

Gina Kolata (NYT)

 

El actual debate sobre el uso de la terapia de sustitución hormonal en mujeres de mediana edad ha reavivado un problema crucial en medicina: cuando diferentes tipos de estudios alcanzan conclusiones muy distintas, ¿cuál es el cierto? ¿Y qué se considera una evidencia? En el caso del uso de estrógenos en la menopausia, los resultados han sido dispares entre los estudios de observación, en los que se hace un seguimiento a un elevado número de personas, a menudo durante años, y los estudios aleatorios, en los que se asigna al azar a los participantes a recibir o bien un fármaco que se está probando o bien un placebo (una pastilla sin efectos).

Los estudios de observación han sido muy valiosos para demostrar que fumar produce cáncer y enfermedades cardiacas, o que la contaminación atmosférica puede ser peligrosa para la salud. Pero tienen limitaciones que no presentan los ensayos aleatorios, en los que se asigna al azar a los participantes a recibir tratamiento o no.

Por otra parte, los estudios aleatorios consumen tiempo, son caros y no siempre resultan factibles. Por tanto, en muchas cuestiones de salud pública y medicina, los investigadores se han basado solamente en estudios de observación para revelar la verdad.

'Ésta es la gran cuestión en epidemiología: qué efectos se pueden detectar con fiabilidad', dice James Robins, de la Escuela de Salud Pública de Harvard.

Los estudios aleatorios sobre los estrógenos están causando un problema. Algunos lo llamarían la crisis de la disparidad. La conclusión de que la terapia hormonal puede tener importantes beneficios se obtuvo de estudios de observación que eran modélicos en medicina. Si estos estudios estaban equivocados, ¿por qué? ¿Cuántas otras creencias firmes obtenidas a partir de los mismos estudios o de otros similares hay que poner en tela de juicio?

Ésta es, según Robins, una 'cuestión de investigación' cuyo resultado afecta a casi todo lo que se ha sabido de la salud pública y medicina preventiva. El cambio más reciente en el debate sobre los estrógenos se produjo cuando un prestigioso grupo de 18 científicos y médicos, autores del International Position Paper on Women's Health and Menopause, afirman que los beneficios de la terapia de sustitución hormonal son mucho más limitados de lo que muchos médicos y mujeres creían.

El estrógeno puede aliviar los sofocos y el sudor nocturno en las mujeres que atraviesan o han pasado la menopausia, y contener la pérdida ósea. Pero el grupo afirma que todavía no se ha demostrado si protege contra las enfermedades cardiacas, el Alzheimer, la osteoporosis, la depresión y la incontinencia urinaria, que sugerían los estudios de observación.

Según Deborah Grady, epidemióloga de la Universidad de California en San Francisco, resulta increíble que se dé a millones de mujeres un fármaco con importantes efectos secundarios sin tener una prueba definitiva de que funciona. Otros afirman que están profundamente preocupados y asombrados. Señalan que los estudios de observación no son triviales y que son la única forma en que los científicos pueden abordar éticamente cuestiones como si el cuidado diario afecta al desarrollo de los niños, si ver violencia en la televisión conduce a un comportamiento criminal o si la exposición ambiental u ocupacional a sustancias químicas como el benceno, el arsénico, el amianto y el plomo resulta peligrosa.

'Para la mayoría de las cuestiones, no tenemos otra elección que utilizar los estudios de observación', afirma Karin B. Michels, epidemióloga de la Facultad de Medicina de Harvard. 'Son nuestra herramienta más importante en materia de salud pública'. Pero dichos estudios tienen un fallo fundamental. La gente escoge su tratamiento o su comportamiento, y quienes deciden tomar vitaminas o hacer ejercicio, por ejemplo, son diferentes de quienes no lo hacen.

Las mujeres que utilizan terapia de sustitución hormonal, por ejemplo, están más delgadas, es más probable que sigan dietas sanas, menos probable que fumen o beban en exceso y más probable que hagan ejercicio. El que estén más sanas que otras mujeres, ¿se debe a las hormonas, a algún otro comportamiento o a una combinación de factores? Los estadísticos han tenido en cuenta esas diferencias en sus análisis, pero quizá no otros factores igualmente importantes.

En los estudios aleatorios, a los participantes se les asigna al azar a recibir o no tratamientos, y se comparan los resultados de los dos grupos. La ventaja es que los tratamientos no los escogen los individuos, sino que se les asignan mediante un lanzamiento de moneda figurado. Pero hay muchas cuestiones que dichos estudios no pueden responder, porque no sería factible o ético, entre ellas, si beber en exceso produce cáncer de hígado.

Con la sustitución hormonal, los supuestos beneficios que mostraban los estudios de observación no se han visto confirmados por los ensayos clínicos. 'Éste es un extraño momento de la historia', según Robins. Si alguna vez ha habido un caso en el que hubiese creído en los datos de los estudios de observación, ha dicho, éste ha sido la terapia de sustitución hormonal, porque los estudios estaban muy bien realizados.

Incluso el director en funciones del mayor de los nuevos ensayos aleatorios de sustitución hormonal, emprendido por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EEUU, esperaba que los dos tipos de estudios llegasen a la misma conclusión. Se 'enseñará en el futuro para ilustrar las trampas' que supone confiar en los estudios de observación para revelar la verdad.

Pero a pesar de su fama generalmente exaltada en medicina, los estudios aleatorios se han equivocado a veces, señala Richard Peto, epidemiólogo de la Universidad de Oxford, Inglaterra. Según Peto, pequeños estudios aleatorios llevaron a la conclusión de que la vitamina E protegía contra las enfermedades cardiacas, al igual que los grandes estudios de observación. Sólo recientemente, cuando se ha estudiado la situación en un estudio aleatorio en el que han participado 50.000 personas se ha descubierto la verdad: 'La vitamina E no funciona'.

Aunque el estudio sobre las enfermeras y otros estudios de observación valoren excesivamente los beneficios del estrógeno, parece pronto para decir cuál va a ser el resultado al que llegue el estudio aleatorio. El estudio aleatorio de sustitución hormonal de los NIH incluye a 27.000 mujeres entre 50 y 79 años, con un seguimiento de 8 a 12 años, a no ser que se encontrasen pruebas de que la terapia hormonal es abrumadoramente beneficiosa o muy perjudicial.

Transcurridos tres años, no se ha producido ninguno de estos casos, y el experimento continúa. Pero las mujeres que consumen estrógeno parecen tener ligeramente más ataques cardiacos y ataques cerebrales. Otros estudios aleatorios recientes con mujeres que ya padecían enfermedades cardiacas han descubierto que los estrógenos aumentan el riesgo de nuevos ataques cardiacos y cerebrales. A las que tenían Alzheimer precoz tampoco les ayudan los estrógenos.

 

Cuando el efecto es pequeño

Las dificultades para encontrar la verdad en los estudios médicos tienen que ver con que cada vez más los investigadores buscan efectos muy pequeños, como por ejemplo una mínima ventaja en la batalla contra las enfermedades cardiacas. Si un efecto es enorme, como el aumento del riesgo de que un fumador desarrolle cáncer de pulmón, cualquier estudio de observación lo encontrará correctamente. Si un tratamiento es verdaderamente sensacional, sus beneficios estarán tan claros que cualquier estudio, aleatorio o de observación, los encontrará. Los problemas surgen en temas como el del estrógeno 'cuando los efectos no son muy grandes', explica el epidemiólogo Richard Peto. Si no tiene efecto alguno o es mínimo, entra en juego la casualidad, haciendo que un estudio resulte ligeramente positivo y otro ligeramente negativo, y cualquier fallo en un estudio o en su análisis puede arrojar los resultados a la columna equivocada. Los supuestos beneficios de los estrógenos se apoyan, entre otros, en el Estudio de Salud de las Enfermeras, de EE UU. Este estudio, que comenzó en Harvard en 1976 con 121.000 enfermeras de edades comprendidas entre 30 y 55 años, percibió correctamente que el consumo de tabaco produce enfermedades cardiacas y cáncer de pulmón, por ejemplo. En 1989, se incluyeron 116.000 enfermeras más. Los investigadores dicen que difícilmente podían imaginar un grupo de observación mejor.

Los estadísticos analizan ahora el estudio de enfermeras para descubrir qué ha fallado con los estrógenos. ¿Se olvidó algo en los análisis? ¿Había una forma mejor de realizar los ajustes estadísticos? 'Tiene que haber una explicación', dice Karin Michels.

 

'Sólo hay una verdad'.

Fuente: El País, 21 de mayo de 2002.

UMBERTO ECO. LA HUMILDAD CIENTÍFICA

 

No os dejéis impresionar por el título de este parágrafo. No se trata de una disquisición ética. Se trata de métodos de lectura y de fichas.

Habréis visto en los ejemplos de ficha que os he puesto uno en que yo, joven investigador, me burlo de un autor liquidándolo con pocas palabras. Todavía estoy convencido de no haberme equivocado, y en cualquier caso pude permitírmelo porque él había liquidado en dieciocho líneas un tema muy importante. Pero se trataba de un caso límite. En cualquier caso, lo fiché y tuve en cuenta su opinión. Y todo esto no sólo porque haya que registrar todas las opiniones emitidas sobre nuestro tema, sino también porque no he dicho que las mejores ideas vengan de los autores mayores. Y ahora os contaré la historia del abate Vallet.

Para entender bien la historia tendría que explicaros cuál era el problema de mi tesis y cuál el escollo interpretativo en que llevaba casi un año encallado. Como el problema no puede interesar a todos, digamos sucintamente que para la estética contemporánea el momento de la percepción de lo bello es por lo general un momento intuitivo, pero en Santo Tomás la categoría de la intuición no existe. Muchos intérpretes contemporáneos se han esforzado por demostrar que de algún modo Santo Tomás había hablado de intuición, lo cual era hacerle violencia. Por otra parte, en el Aquinate el momento de la percepción de los objetos era tan rápido e instantáneo que no explicaba el goce de las cualidades estéticas, que son muy complejas, juegos de proporciones, relaciones entre la sustancia de la cosa y el modo en que organiza la materia, etc. La solución estaba (y llegué a ella un mes antes de terminar la tesis) en el descubrimiento de que la contemplación estética correspondía al acto, mucho más complejo, del juicio. Pero Santo Tomás no decía esto claramente. Y sin embargo, por el modo en que hablaba de la contemplación estética era inevitable llegar a tal conclusión. Pero la finalidad de una búsqueda interpretativa muchas veces es precisamente esta: hacer decir explícitamente a un autor lo que no ha dicho y que no podía dejar de decir si se le planteara la pregunta. En otros términos, mostrar que confrontando varias afirmaciones, en los términos del pensamiento estudiado debe resultar tal respuesta. El autor quizá no lo ha dicho porque le parecía obvio o porque -como en el caso de Santo Tomás- nunca había considerado orgánicamente el problema estético, sino que hablaba siempre de él en incisos, considerando que era un asunto no problemático.

Así pues, yo tenía un problema. Y ninguno de los autores que leía me ayudaba a resolverlo (y si en mi tesis había algo original era precisamente aquel planteamiento con la respuesta que había de llegar de fuera). Y mientras huroneaba acongojado buscando textos que me ayudaran, un día encontré en un librero de viejo de París un librito que me atrajo en principio por su hermosa encuadernación. Lo abro y me encuentro con que es obra de un tal abate Vallet, L’idée du Beau dans la philosophie de Saint Thomas d’Aquin (Lovaina, 1887). No lo había encontrado en ninguna bibliografía. Era obra de un autor menor del siglo pasado. Naturalmente, lo compro (además me salió barato), me pongo a leerlo y me doy cuenta de que el abate Vallet era un pobre hombre que repetía ideas recibidas y que no había descubierto nada nuevo. Si seguí leyéndolo no fue por “humildad científica” (todavía no la conocía, la aprendí leyendo aquel libro, el abate Vallet fue mi gran maestro), sino por pura obstinación y para recuperar el dinero que había gastado. Sigo adelante y en un momento dado, casi entre paréntesis, expresada probablemente por descuido, sin que el abate se diera cuenta del alcance de su afirmación, encuentro una referencia a la teoría del juicio en conexión con la de la belleza. ¡Qué iluminación! ¡Había encontrado la clave! Y me la había proporcionado el pobre abate Vallet. Él había muerto hacía cien años, nadie se ocupaba ya de él, y sin embargo tenía algo que enseñar a quien se pusiera a escucharle.

Esto es la humildad científica. Cualquiera puede enseñarnos algo. A lo mejor nosotros mismos somos tan arrojados que conseguimos que nos enseñe algo alguien que era menos arrojado que nosotros. Y también el que no nos parezca muy arrojado tiene arrojos escondidos. Además, el que no es arrojado para uno puede serlo para otro. Las razones son muchas. El hecho es que hay que escuchar con respeto a cualquiera sin por ello eximirnos de pronunciar juicios de valor; o de saber que aquel autor piensa de modo muy distinto al nuestro, que ideológicamente está muy lejos de nosotros. Pero también el más feroz de los adversarios puede sugerirnos ideas. Depende del tiempo, de la estación, de la hora del día. A lo mejor, de haber leído al abate Vallet un año antes, no hubiera cogido la sugerencia. Y quién sabe cuántos más hábiles que yo le habían leído sin encontrar nada interesante. Pero aquel episodio me ha enseñado que si se quiere investigar no hay que despreciar ninguna fuente, y esto por principio. Esto es lo que yo llamo humildad científica. Quizá sea una definición hipócrita por celar mucho orgullo, pero no planteéis problemas morales: sea orgullo o humildad, practicadla.

 

Fuente: Umberto ECO (1983): Cómo se hace una tesis. Gedisa, pp. 174-176

UNA VISIÓN IRÓNICA DE LOS ARTÍCULOS CIENTÍFICOS

 

El paper, como se dice en inglés y en el argot internacional de la ciencia, es el medio básico que tienen los investigadores para dar a conocer los resultados de su trabajo y labrarse una reputación. Los papers son los artículos de las revistas científicas, y son sometidos al control severo de investigadores de cada tema específico antes de su publicación. Pero entre los científicos también hay sentido del humor como para ironizar sobre los resultados que se presentan, a veces exagerados y aderezados con una jerga que ya ha hecho estilo y que pretende subrayar la importancia de cada descubrimiento, por pequeño que sea.

En los circuitos electrónicos con los que los científicos de todo el mundo permanecen en continuo contacto a través de los ordenadores ha aparecido una guía anónima para traducir el significado de algunas de las afirmaciones más habituales en los artículos científicos. En el cuadro adjunto se citan algunos extractos, amablemente cedidos por un científico que ha cometido esta filtración de la red, por otra parte semipública, con la condición de permanecer también en el anonimato.

Siendo la ciencia prácticamente el único sector de la sociedad que intercambia, en su mayor parte, información libremente por encima de fronteras y límites institucionales, no resulta extraño que surja la autocrítica en este mundo, por otra parte sometido a tensiones de cambio, de la mano de la informática y de la presión de los medios de comunicación de masas, que pueden desembocar en que las revistas pierdan su actual monopolio informativo.

 

Cuando dicen:

Quieren decir:

Cuando dicen:

Quieren decir:

Se sabe desde hace tiempo

No me he molestado en mirar la referencia original

Probablemente para períodos más largos…

No tuve la paciencia de comprobarlo

… de gran importancia, tanto teórica como práctica

… a mí me interesa

Estos resultados serán anunciados más tarde

A ver si tengo la paciencia de trabajar algo más

El compuesto de tungsteno y plomo fue escogido por ser idóneo para demostrar el efecto predicho

Al tío del laboratorio de al lado le sobraba una muestra

Se sugiere… Parece ser que… Es posible que…

Creo que

Alta pureza, muy alta pureza, pureza extremadamente alta, superpuro, espectroscópicamente puro

Composición desconocida excepto por las pretenciones exageradas del proveedor

Está claro que se requiere una labor adicional…

Yo no lo entiendo

Tres casos fueron escogidos para posterior análisis detallado

Los resultados en los demás casos no los entendía y los tiré a la basura

Correcto dentro de un orden de magnitud…

Erróneo

… fueron manejados con extremo cuidado durante los experimentos

… sólo se me despanzurró uno en el suelo

Cabe esperar que este trabajo dé lugar a otros en el mismo campo

Este artículo no es muy bueno, pero tampoco lo son los demás en este asunto sin interés

Los resultados típicos se muestran…

Los mejores resultados se muestran

Agradecemos a Fulano su asistencia en la realización de los experimentos y a Mengano sus interesantes comentarios

Fulano hizo el trabajo y Mengano nos explicó qué significa

Aunque algo de detalle se pierde en la reproducción fotográfica…

A partir del negativo es imposible decir…

 

 

 

Fuente: El País, 19 de octubre de

SABINO. EL SUJETO INVESTIGADOR

 

“Generalmente se presta poca atención, en los escritos sobre metodología, a las dificultades y trabas que surgen del lado del sujeto. Porque parecería entonces que sólo se trata de resolver los problemas que la misma complejidad del objeto plantea, pero asumiendo implícitamente que el sujeto investigador está libre de presentar por sí mismo un problema. Recomendamos por eso al lector la obra de Gastón Bachelard quien se ha preocupado esencialmente por ver los obstáculos epistemológicos que el mismo sujeto incorpora a su trabajo científico y que surgen de su psicología y de su formación ideológica.

Ahora bien, en cuanto a nuestra particular visión de las cualidades que todo investigador –principiante o no- requiere para desplegar un trabajo efectivo y de calidad, diremos claramente que el investigador no es una clase especial y diferente de hombre, con algo así como una ‘inspiración genial’ o cosa semejante. Por el contrario, aunque hayan existido y existan verdaderos superdotados que se ocupan de la ciencia, la mayoría de los buenos investigadores y muchos de los excelentes, no son otra cosa que hombres largamente educados en la disciplina de la ciencia, gente que se ‘ha hecho’ investigadora mediante la voluntad y el estudio y cuya tarea es la de ‘proponer teorías y ponerlas a prueba’.

Naturalmente, quienes poseen una inteligencia más brillante o una intuición más aguda tienen mayores posibilidades de alcanzar resultados de importancia. Pero eso no cierra las puertas a la mayoría de los que, día a día, van levantando el edificio de la ciencia. Y aun aquellos que tienen a su favor mayores dotes naturales no pueden escapar de esa necesidad de trabajar pacientemente, sistemáticamente, con perseverancia y continuidad, porque sin ello no es posible llegar a ningún resultado provechoso. Muchas investigaciones son lentas y dificultosas, plagadas de tareas tediosas y de inconvenientes que pueden producir el desánimo; sólo una firme determinación por conocer la verdad y exponerla, una voluntad sin desmayos orientada hacia esta tarea, nos convierte en un verdadero investigador.

Pero, complementándose con lo anterior, es necesario poseer y cultivar un espíritu libre, una mentalidad creadora y abierta a todas las posibilidades, porque el conocimiento científico se opone a toda actitud dogmática, y porque los hechos son muchas veces más fantásticos que cualquiera de nuestras expectativas. Sólo una inteligencia que duda de todo y se pregunte ante todo, una imaginación libre, nos preparan para construir teorías e hipótesis que muchas veces resultan verificadas por la realidad. Una síntesis entre un despiadado espíritu crítico y una imaginación sin trabas parece ser el modelo que nos ofrecen los más grandes científicos y pensadores de todos los tiempos.

Existen otras capacidades complementarias de importancia que no queremos dejar de mencionar: los conocimientos generales sobre muchas ramas del saber, la capacidad para trabajar en equipo, el placer siempre presente por conocer, el entrenamiento en la lectura sistemática, crítica y cuidadosa, etc., son cualidades

valiosas que todo estudioso debe cultivar y tratar de desarrollar en sí mismo. Por último diremos que la experiencia práctica en la misma acción investigadora resulta una ayuda importantísima, por lo que nunca debemos abandonar este campo apresuradamente sino insistir en él hasta llegar a convertirnos en auténticos y experimentados investigadores”.

 

Fuente: C. A. Sabino (1986), El proceso de investigación, Humanitas.