ALEXANDER VON HUMBOLDT

 

1. Un doble fin me había propuesto en el viaje cuya relación histórica publico ahora. Deseaba que se conociesen los países que he visitado y recoger hechos que diesen luz sobre una ciencia apenas bosquejada y muy vagamente designada con los nombres de Física del mundo, Teoría de la Tierra o de Geografía física. De ambos objetos pareciome más importante el segundo (...). Prefiriendo siempre al conocimiento de los hechos aislados, aunque nuevos, el del encadenamiento de los hechos observados largo tiempo ha, parecíame mucho menos interesante el descubrimiento de un género desconocido que una observación sobre las relaciones geográficas de los vegetales, sobre la migración de las plantas sociales, sobre el límite de altitud a que se elevan sus diferentes tribus hacia la cima de las montañas.

 

2. La descripción física del globo nos muestra que el conjunto de la vegetación presenta numéricamente en el desarrollo de sus formas y de sus tipos relaciones constantes; que bajo iguales climas, las especies que faltan a un país están reemplazadas en el próximo por especies de una misma familia; y que esta ley de sustituciones que parece consistir en los misterios mismos del organismo originario, mantiene en las regiones limítrofes la relación numérica de las especies de tal o cual gran familia, con la masa total de las fanerógamas que componen las dos floras.

 

3. La fisionomía de un país, el modo con que están agrupadas las montañas, la extensión de las llanuras, la elevación que determina su temperatura, en fin todo lo que constituye la estructura del globo, tiene las relaciones más esenciales con los progresos de la población y el bienestar de los habitantes. Esa estructura es la que influye en el estado de la agricultura, que varía según las diferencias de los climas, en la facilidad del comercio interno, en las comunicaciones más o menos favorecidas por la naturaleza del terreno y, por fin, en la defensa militar de que depende la seguridad exterior de la colonia. Sólo bajo estos aspectos pueden las grandes indagaciones geológicas interesar al hombre de Estado, cuando calcula las fuerzas y la riqueza territorial de las naciones.

 

4. Bajo un clima suave y uniforme, la única necesidad urgente del hombre es la alimentación. Es el sentimiento de esta necesidad el que excita para el trabajo; y se comprende fácilmente porqué, en medio de la abundancia, a la sombra de los bananos y del árbol del pan, las facultades intelectuales se desarrollen más lentamente que bajo un cielo riguroso, en la región de los cereales, en donde nuestra especie está constantemente en lucha con los elementos.

 

5. Todos esos pretendidos sistemas de la naturaleza, ingeniosos en sus clasificaciones, no nos hacen ver los seres distribuidos por grupos en el espacio con respecto a las diferentes relaciones de latitud y altura a que están colocados sobre el nivel del Océano y según las influencias climatológicas que experimentan en virtud de causas generales.

 

6. Por medio de la reflexión sobre las observaciones concretas, a través del espíritu que compara y combina, llegamos a descubrir en la individualidad de las formas orgánicas, es decir, en la Historia Natural de las planteas y de los animales, los caracteres generales que presenta la distribución de los seres según los climas; la inducción es la que nos revela las leyes numéricas según las cuales se regulan la proporción que cada grupo natural significa con respecto al total de las especies y la latitud o localización geográfica de las áreas donde cada forma orgánica alcanza el máximo desarrollo.

 

7. Desde el momento en que el hombre, al interrogar a la Naturaleza, no se limita a la observación, sino que genera fenómenos bajo determinadas condiciones, desde que recoge y registra los hechos para extender la investigación más allá de la corta duración de su existencia, la Filosofía de la Naturaleza se despoja de las formas vagas que desde su origen le caracterizan; adopta un carácter más serio, compulsa el valor de las observaciones, ya no adivina, combina y razona.

 

8. La Naturaleza, considerada por medio de la razón, es decir, sometida en su conjunto a la acción del pensamiento, es la unidad en la diversidad de los fenómenos, la armonía entre las cosas creadas que difieren por su forma, por su constitución y por las fuerzas que las animan; es el Todo animado por un soplo de vida.

 

9. El objeto de la Geografía Física es… reconocer la unidad en la inmensa variedad de los fenómenos y descubrir, por el libre ejercicio del pensamiento mediante la combinación de observaciones, la regularidad de los fenómenos, dentro de sus aparentes variaciones.

 

Fuente: Fragmentos extraídos de la obra de H. Capel, 1981, p. 5-34, y de A. von Humboldt, “Cosmos, ensayo de una descripción física del mundo"