2.1.1 Fuentes indirectas
Fuentes Históricas Textuales
A través del tiempo, el documento original, la ciudad, se ha ido transformando, deteriorando e incluso, en muchos casos, perdiéndose. Por ello debemos recurrir para su conocimiento, en primer lugar, a las fuentes de información históricas, que van a aportarnos una primera aproximación al conocimiento e imagen de la ciudad medieval. Debemos señalar que las fuentes de información histórica, ya sean textuales o gráficas, tampoco son excesivamente expresivas para la época ni para cada una de las ciudades. Sin embargo, es imprescindible realizar una búsqueda exhaustiva de estas materias informativas y saber interpretarlas correctamente para aprovechar la información veraz que en ellas se contiene.
Las descripciones textuales medievales no son muy explícitas en temas de urbanismo o construcción urbana. Nos obligan a revisar innumerable documentación para extraer informaciones de cierta entidad.
Documentación de épocas posteriores referidos a obras y modificaciones urbanísticas nos podrán ofrecer datos sobre la forma de lo que se va a modificar.
Las descripciones textuales de viajeros antiguos son mas interesantes en cuanto a la descripción del paisaje y aportan datos imposibles de adquirir a través de los documentos de época.
Las descripciones de los Diccionarios Histórico-Geográficos del siglo XIX se presentan como informantes de extraordinario valor, ya que en numerosos casos la evolución de la forma urbana desde la época medieval hasta principios del siglo XIX fue desarrollándose de forma lenta sin grandes cambios o rupturas. Todavía en el s. XIX permanecen buena parte de las infraestructuras defensivas de las ciudades así como numerosas viviendas en piedra de época medieval.
Fuentes históricas Iconográficas: La Iconografía histórica
La iconografía histórica es una posibilidad informativa a la que debemos recurrir siempre que sea posible. La variedad de las representaciones urbanas es enorme en todo el arte medieval, sin embargo, el lenguaje iconográfico anterior al siglo XIV, suele representar a la ciudad como un ideograma mas que como un objeto real. Convendrá analizar los distintos estilos representativos y las diversas épocas históricas para saber qué grado de verosimilitud pueden ofrecernos estas vistas urbanas.
Sello del Concejo de Guadalajara, 1460
Habrá que esperar hasta la segunda mitad del s. XVI para poder disponer de auténticas colecciones de planos urbanos realizados de forma rigurosa. La mejor obra, la mas conocida, es la dirigida por Braun, la "Civitatis Orbis Terrarum", que comienza a editarse en 1572, se compone de seis volúmenes y 530 "vistas" de ciudades y se prolonga su edición durante cuarenta y cinco años. Destaca en esta obra la calidad y la fiabilidad de las representaciones así como la información adicional que aporta con la ambientación de la ciudad en su entorno. Se trata de una obra excepcional ya que muchas de las "vistas" fueron realizadas a partir de grabados ya existentes por autores anónimos y también se sabe que se emplearon los antiguos grabados de madera de Sebastian Münster, y los referidos a las ciudades de los Paises Bajos de Jacob Roelofs. Por tanto aunque se compuso la obra en la segunda mitad del s. XVI, no todas las "vistas" son de este período, hay muchas que están tomadas del natural bastantes años antes de su edición.
Civitates Orbis Terrarrum. Vista oblicua de San Sebastián
Civitates Orbis Terrarrum. Vista oblicua de Santander
Civitates Orbis Terrarrum. Vista oblicua de Bruselas
Existe otra tipología de iconografía urbana, la que se representa en los fondos de los cuadros pictóricos. Buena parte de las ciudades que se ven en los fondos de los cuadros flamencos representan ciudades imaginarias pero no irreales, se construyen con la adición de partes reales de diferentes ciudades, están dibujadas a partir de elementos existentes, aunque el conjunto resulte imaginario. No podemos decir que sean imágenes de una fidelidad estricta aunque tampoco de una invención pura. Normalmente estas "vistas" están realizadas a partir de la yuxtaposición de diferentes representaciones arquitectónicas, dibujadas con una exactitud prodigiosa. Todas las representaciones arquitectónicas analizadas aisladamente son auténticas, son el reflejo de la época, pero el ensamblaje a lo largo de una calle de estas representaciones no tiene por qué corresponder con exactitud a la calle que está viendo en esos momentos el pintor.
Fondo urbano en un cuadro flamenco
San José Carpintero. Robert Campin. Triptico de Mérode 1425
Museo Metropolitano de Nueva York
Fuentes históricas cartográficas: La Cartografía histórica
La representación cartográfica en época medieval sufrió un retroceso profundo respecto a la cartografía del mundo clásico. Olvidándose de toda lógica y todo conocimiento heredado, la representación del mundo en la bibliografía cristiana está basada en fundamentos religiosos por lo que aparecen las cosmografías, la interpretación del cosmos, del mundo a partir de la verdad revelada en la Biblia. Las cosmografías tienen como objetivo difundir las teorías dominantes sobre la forma de creación del mundo. Habrá que esperar a la aparición de las primeras cartas náuticas y portulanos para poder fiarnos de las informaciones contenidas en las representaciones cartográficas.
Mapamundo del Psalterio del siglo XIII
Carta náutica del Atlas Catalán del s. XIV de Abraham Cresques
A partir del s. XVI y especialmente el XVII empiezan a aparecer colecciones cartográficas elaboradas con principios científicos que va a resultar de gran utilidad para conocer el espacio y lugares de asentamiento de las ciudades así como los planos de ellas. Para muchos territorios la primera y mas fiable cartografía proviene de los planos elaborados con fines militares. Las zonas fronterizas, costeras y las plazas fuertes, disponen de abundante documentación gráfica a partir del s. XVII. Este tipo de cartografía militar es excepcionalmente valiosa para nosotros a la hora de reconstruir el paisaje urbanístico y la imagen de la ciudad, ya que nos ofrece dos tipos de informaciones:
- Por un lado tenemos series de dibujos en los que interesa fundamentalmente el emplazamiento de la ciudad en su entorno físico, con la fiabilidad de buscar los mejores lugares desde donde atacarla o defenderla. Con este motivo no sólo se cartografía la ciudad, sino que se plasma en papel, con el mayor grado de realismo posible, sus contornos, el paraje en el que está emplazada. La precisión del dibujo es extraordinaria, propia de los ingenieros militares, ya que una buena información del terreno puede decidir la victoria o la derrota en una confrontación bélica, podemos considerarla como una fuente de información elocuente y fiable
- Por otro lado esta misma cartografía militar suele confeccionar planos del propio recinto amurallado con una precisión admirable. Ya no se trata de una visión del conjunto del territorio, sino de la propia ciudad. Aquí la precisión sigue siendo el elemento primordial. Se levantan planos rigurosos en los que queda reflejada la planta de la ciudad, el trazado urbanístico. El trazado de las murallas se dibuja minuciosamente, con todos sus accesos, puertas, postigos etc. Se distingue muy claramente el espacio vacío del espacio construido.
Plano militar de Fuenterrabía
Mapa de San Sebastián y sus alrededores (1820-1825)