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Mujer alemana entre las ruinas del bombardeo de Siegburg (13 de abril de 1945).

Fotografía: Troy A. Peters (U.S. Army). Licencia: Dominio Público.

   

   

La Segunda Guerra Mundial fue mucho más destructiva que la Primera. El armamento utilizado, más moderno, segó muchas más vidas (unos 16 millones de militares). Pero, además, el enconamiento entre los adversarios fue mucho más profundo lo que puso en marcha políticas de aniquilación sistemática de las poblaciones civiles, que acabamos con la vida de otros 26 millones de personas. La más conocida consistió en los campos de concentración, trabajo forzoso y exterminio ideados por los nazis.

Al final de la guerra, Europa se encontraba devastada y muy cerca de la miseria.

   

   

2.2.1. Condiciones demográficas (factor trabajo)

Problemas con los datos: hay varias estimaciones diferentes de las pérdidas de población.

La cifra más aceptable para Europa es la de 40 millones y entre 50 y 60 millones en todo el mundo. Las muertes de civiles sobrepasan ampliamente a las de militares. Además de los muertos, unos 35 millones de personas fueron heridas y millones de europeos padecieron desnutrición.

La distribución de las pérdidas varió enormemente. En conjunto, Europa septentrional y occidental (excluyendo Alemania) salió bastante bien librada, mientras que Europa central y oriental padeció mucho. Más de la mitad del total, unos 25 millones de personas, estuvieron representados por Rusia, mientras que se produjeron grandes pérdidas absolutas en Polonia (1/5 población), Alemania y Yugoslavia. 

Un informe reciente afirma que el ejército de la Unión Soviética sufrió 8.860.400 muertos entre junio de 1941 y mayo de 1945, y cerca de 2,5 millones de soldados fueron dados de baja por invalidez. En total unos 26,6 millones de soviéticos, en su inmensa mayoría civiles, murieron durante el conflicto, según un estudio publicado por el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia a finales de la década de los 90.  

Otras consecuencias demográficas: 

  • Grave déficit de población en los grupos de edad más productiva.

  • Desequilibrio entre los sexos (más mujeres que hombres).

  • Escasez de trabajadores especializados y con formación directiva y profesional.

Desplazamientos masivos de población: más de 30 millones de personas fueron desplazados, deportados o dispersados sobre todo Alemania, Polonia y Checoslovaquia.

  • Entre 11 y 12 millones de alemanes fueron expulsados de las zonas anexionadas por la URSS y Polonia, así como de los Sudetes en Checoslovaquia y de las comunidades germanas de los Balcanes y obligados a regresar al interior de las fronteras alemanas.

  • 2 millones de polacos fueron las zonas orientales cedidas a la URSS fueron realojados en la "nueva Polonia occidental".

  • Entre 400.000 y 500.000 finlandeses fueron expulsados de los territorios anexionados por la URSS.

  • Una parte de la población húngara de Eslovaquia fue expulsada.

   

Países del Eje

Muertos militares

Muertos civiles

Alemania

3.250.000

3.810.000

Austria

230.000

80.000

Italia

330.000

85.000

Rumania

200.000

465.000

Hungría

120.000

280.000

Bulgaria

10.000

7.000

Finlandia

90.000

n/a

Japón

1.700.000

360.000

Países Aliados

Muertos militares

Muertos civiles

Gran Bretaña y Commonwealth

452.000

60.000

Francia

250.000

360.000

Estados Unidos

295.000

Unión Soviética

7.700.000

13.600.000

Bélgica

10.000

90.000

Holanda

10.000

190.000

Noruega

10.000

n/a

Polonia

120.000

5.300.000

Grecia

20.000

80.000

Yugoslavia

300.000

1.300.000

Checoslovaquia

20.000

330.000

China

3.500.000

10.000.000

   

   

2.2.2. Condiciones económicas (factor capital)

La pérdida y destrucción de activos de capital (tierra, equipos industriales, infraestructuras, etc.) son aún más difíciles de cuantificar con precisión.

Una estela de devastación se extendió con más intensidad en Este de Europa: en la Unión Soviética unas 17.000 ciudades y 70.000 pueblos fueron devastados, así como el 70% de las instalaciones industriales y el 60% de los medios de transporte.

Muchas grandes ciudades fueron arrasadas, especialmente en Alemania.

El daño a las estructuras y a la propiedad urbanas fue considerable: la destrucción de viviendas llegó al 20% en Alemania, Polonia y Grecia, del 6% al 9% en Austria, Bélgica, Francia, Gran Bretaña y los Países Bajos, al 5% en Italia y del 3 al 4% en Checoslovaquia, Noruega y Hungría.

   

A) Sistemas de transporte fueron gravemente dañados e interrumpidos

    • Ferrocarriles: en varios países más de la mitad de los puentes, empalmes, estaciones, sistema de señalizaciones, estaciones, vías, etc., fueron destruidos o necesitaban importantes reparaciones. El material móvil estaba seriamente agotado y dañado. El transporte ferroviario estaba colapsado casi por completo y, durante algún tiempo después de la guerra, hubo poco tráfico terrestre regular.

    • Puertos, canales y vías fluviales: en Francia, Países Bajos y Alemania la mayoría fuera de servicio.

    • Flota mercante: era sólo el 61% de la de antes de la guerra.

    • Carreteras: el transporte por carretera estaba limitado.

    • Puentes y túneles destruidos y dañados.
  • Industria:

    • El capital circulante de la industria se vio seriamente afectado y era casi inexistente en las áreas antes ocupadas, aparte de las dispersas existencias dejadas por los alemanes.

    • El equipo industrial y los edificios de las fábricas sufrieron grandes daños así como deterioro por el trabajo continuo, la falta de mantenimiento y los bombardeos.

    • Pero en este sector el impacto fue mucho menos severo que en el caso del transporte y de la vivienda. La incidencia de las pérdidas definitivas fue muy desigual, siendo más extensas en los principales sectores básicos, tales como el carbón, el acero y la energía.

    • Hubo un desequilibrio entre las industrias de bienes de consumo y de producción, ya que se habían expansionado muchas de estas últimas a costa de las primeras durante la guerra.
    • Al lado de las pérdidas deben colocarse los aumentos de capacidad producidos durante la guerra, los cuales, aunque no siempre directamente adecuados a las necesidades del tiempo de paz, eran sustanciales. Es posible, por tanto, que se hubiera producido poca disminución del stock de capital. De hecho, las Naciones Unidas, en un informe de 1953, todavía sostenían que la capacidad industrial de Europa al final de la guerra era mayor que antes.

      • Gran Bretaña, Francia y los países neutrales, la capacidad manufacturera se expansionó modestamente.

      • Hay quien sostiene que Alemania occidental de hecho tenía una mayor capacidad industrial en 1946 que una década antes.

      • Europa oriental, donde el daño fue mayor, las pérdidas agregadas a menudo no superaron los aumentos de la capacidad industrial desde 1936. A pesar de la gran destrucción ocasionada en Yugoslavia y Grecia, en Austria, Rumania, Bulgaria y Checoslovaquia se produjeron ampliaciones significativas de la capacidad, que compensaron con creces las pérdidas.
  • Agricultura:

    • La situación en la agricultura es más difícil de cuantificar:

      • El potencial agrícola fue gravemente desbaratado por la guerra, debido al daño a la tierra, la destrucción y saqueo del equipo y las pérdidas de ganado.

      • El alcance del daño total es desconocido, pero fue probablemente peor en Polonia y Rusia. Las estimaciones polacas sugieren que se perdió el 70% del ganado, el 25% de los bosques y el 15% de las construcciones agrícolas.

      • En Europa oriental y suroriental, más de la 1/2 del ganado de antes de la guerra se perdió, mientras que el daño y destrucción al equipo y a las construcciones agrícolas fue también grave.

   

B) Fuerte reducción de la producción industrial y agrícola

  • Industria:

    • En el verano de 1945, la producción industrial era menos de la 1/2 de la de antes de la guerra en todos los países excepto en Gran Bretaña, Suiza, Bulgaria y los países escandinavos. Era sólo de 1/3 parte en Bélgica, Países Bajos, Grecia y Yugoslavia, mientras que en Italia, Austria y Alemania era menos que 1/4 parte.

    • En la primavera de 1946, el nivel general de producción era todavía de sólo unas 2/3 partes del de antes de la guerra, con serios retrasos en Grecia, Finlandia, Alemania, Italia y Austria, al lado, aproximadamente, de los anteriores niveles del Reino Unido y Escandinavia.
  • Agricultura:

    • Con la excepción de Dinamarca y Gran Bretaña, que consiguieron aumentar el producto agrícola durante la guerra, en Europa la producción de pan y cereales era el 60% de la de antes de la guerra. La producción de patatas bajo en proporciones parecidas, mientras que la escasez de grasas era todavía más aguda.

    • La carne y los productos de la ganadería también habían disminuido. El descenso de la producción de carne en conjunto fue aproximadamente de 1/3 parte.

   

C) Renta nacional

    • Algunas estimaciones sugieren un descenso considerable en la mayoría de países entre 1938 y 1946, aun cuando había tenido lugar alguna recuperación el último año desde el bajo punto alcanzado en 1944-1945.

    • El descenso fue aproximadamente del 50% en Polonia y Austria.

    • Del 40% en Grecia, Hungría, Italia y Yugoslavia.

    • Del 25% en Checoslovaquia.

    • Del 10% al 20% en Francia, Países Bajos y Bélgica.

    • El nivel de renta fue similar –o algo mejor– con relación al de antes de la guerra en el Reino Unido, Suiza, Dinamarca, Noruega y Suecia.

   

D) Reconversión a una producción para la paz

    • El movimiento a la baja de la producción de armamentos y los problemas relacionados con la conversión a las operaciones del tiempo de paz.

    • La fuerte escasez de materias primas esenciales, componentes y piezas de recambio.

    • La escasez de cualificación técnica y los estrangulamientos en las comunicaciones.

    • Y, tal vez lo más importante de todo, el absoluto agotamiento de una población generalmente subalimentada. En Alemania y Austria era menos del 70% del normal, en Italia el 68%, en Bélgica, Francia, Países Bajos, Finlandia y Checoslovaquia, aproximadamente las 3/4 partes de los niveles de antes de la guerra; en las demás partes era algo más alto, pero todavía por debajo del normal.

    • La escasez de alimentos, materias primas y bienes de consumo en general fue aguda en Europa, pero esto era parte de un problema más amplio. En 1947-1948 la producción mundial de alimentos estuvo un 7% por debajo del nivel de antes de la guerra. La escasez de buques y la dislocación de la infraestructura de transportes hacia el interior dificultaban el movimiento de suministros.

   

E) La situación de Europa empeoró por la falta de medios de pago de las importaciones de mercancías esenciales, especialmente del área del dólar, que era la fuente principal de suministro

    • Al terminar la guerra, el comercio de exportación de muchos países europeos era casi inexistente, e incluso a finales de 1945 el volumen de exportaciones estaba un 20% por debajo en todos los países, excepto en el Reino Unido, Suiza y Escandinavia.

    • Además, los ingresos de las exportaciones de muchos países –especialmente Gran Bretaña, Francia y Países Bajos– habían sido seriamente dañados por la disminución del comercio, la pérdida de buques y la liquidación de activos extranjeros, mientras que se había incurrido en nuevas deudas. Sólo la pérdida de renta de activos extranjeros era bastante seria; en 1938 la renta ingresada por Europa occidental en su conjunto, por valores extranjeros, fue equivalente al 32% de sus exportaciones, mientras que en 1950/51 sólo ascendió al 9% de lo que vendió al resto del mundo.

    • Como consecuencia de estos factores, el volumen de importaciones en Europa en el período posterior a la liberación superó raramente el 50% del nivel de 1937; en muchos países fue menos de la 1/4 parte y en algunos países orientales fue casi insignificante. Así, mientras la escasez física y los estrangulamientos del transporte planteaban los problemas inmediatos, pronto se hizo evidente que la dificultad decisiva iba a ser la de obtener la suficiente cantidad de divisas.

    • Europa necesitaba importaciones desesperadamente, pero su capacidad de exportación era limitada; en consecuencia, la posibilidad de llevar a cabo la reconstrucción dependería en gran medida del volumen de ayuda procedente de Estados Unidos, el único país en situación de proporcionar bienes y ayuda financiera a gran escala.

    • Los bajos niveles de producción y productividad, así como la extendida escasez de bienes también exacerbaron los problemas inflacionistas y monetarios de Europa y éstos, a su vez, obstaculizaron el trabajo de reconstrucción. Las presiones inflacionistas raramente alcanzaron las graves dimensiones de los primeros años veinte, pero todos los países europeos sufrieron los desórdenes inflacionistas y monetarios, en mayor o menor medida, durante el período de la posguerra. La situación fue peor en algunos de los países ocupados y en el Este, y en algunos países fue obligado el acometer una reforma monetaria. Fue menos severa en Europa occidental y Escandinavia, donde fue superada en muchos casos por controles físicos.

   

F) En la segunda mitad de 1945 las perspectivas económicas en Europa distaban mucho de ser brillantes

    • El problema inmediato no era de escasez de activos, a pesar de la fuerte destrucción, sino de una grave escasez de suministros esenciales, incluyendo alimentos, y de una población debilitada y subalimentada. Se necesitaban urgentemente importaciones para producir una recuperación en la producción, pero a causa de un bajo potencial de exportación Europa no disponía de los medios para pagarlas.

    • La situación de Europa se agravó por muchos otros factores, incluyendo grandes deudas públicas, nuevas olas de inflación, pérdida de mercados y relación de intercambio desfavorable, y por trastornos sociales y políticos.

    • Pronto se hizo evidente que Europa no podría llevar a cabo la tarea de reconstrucción sin ayuda. Afortunadamente, las políticas de los gobiernos aliados –y del norteamericano en particular– demostraron ser más constructivas de lo que habían sido después de la Primera Guerra Mundial.

    • Ayudas enviadas a Europa, 1942-1952 (miles de millones de dólares).

    • Por último, en el plano internacional asistimos al debilitamiento de las economías nacionales europeas frente al fortalecimiento de la economía de los Estados Unidos.

   

 

Período

Dólares corrientes

Dólares al poder adquisitivo de 1948

Porcentaje de
Estados Unidos

Lend-Lease

1942-1945

44,6

62

98

UNRRA

1943-1947

4,0

5

72

Interin Aid-GARIOA

1945-1948

16,3

20

100

ERP- Plan Marshall

1948-1952

12,5

12

100

Total

99


   

Por último, en el plano internacional, asistimos al debilitamiento de las economías nacionales europeas frente al fortalecimiento de la economía de los Estados Unidos.

   

Figura 2.2.2

Recuperación del P.I.B. por habitante después de las dos grandes guerras.

          (PIB por habitante de Austria, Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos y Gran Bretaña, Preguerra = 100).

   

   

2.2.3. Condiciones políticas y sociales

Reducción de las monarquías europeas.

Empuje del socialismo democrático.

Declive del poder de Europa –el fin de los imperios europeos– frente a la confirmación de Estados Unidos y la Unión Soviética como potencias.

Bipolarización del mundo: de la guerra caliente a la guerra fría.

Avances en el proceso de descolonización.

   

   

2.2.4. Condiciones territoriales

Debatido en conferencias internacionales entre los países aliados:

  • Conferencia del Atlántico, 14 de agosto de 1941.

  • Conferencia de Casablanca, 12 de enero de 1943.

  • Conferencia de Moscú, 18 octubre al 1 de noviembre de 1943.

  • Conferencia de Teherán, 28 de noviembre y el 1 de diciembre de 1943.

  • Conferencia de El Cairo, 22 de noviembre al 26 de noviembre de 1943.

  • Acuerdos de Bretton Woods, 1 y el 22 de julio de 1944.

  • Conferencia Dumbarton Oaks, agosto de 1944.

  • Conferencia de Yalta, del 4 al 11 de febrero de 1945.

  • Conferencia de San Francisco, junio de 1945.

  • Conferencia de Potsdam, 17 de julio y el 2 de agosto de 1945.

  • Conferencia de París, 9 de noviembre al 21 de diciembre de 1945.

   

europa1945.png

Europa después de la Segunda Guerra Mundial.

   

Algunos países ven modificadas sus fronteras bajo el principio general del retorno a las fronteras europeas de 1937 con tres excepciones:

    

A) Reducen territorio (Alemania –en 1949 queda definitivamente dividida en 2–, Italia y Bulgaria)

  • Alemania perdió de nuevo Alsacia-Lorena en el occidente y, sobre todo, importantes territorios en el oriente, en beneficio de Polonia. Quedó reducida a 356.272 kms2, en contraste con los 472.034 de 1919 y 540.521 de 1914.

  • Italia, aunque limitó sus pérdidas al firmar el armisticio con los Aliados en 1943, cedió algunos pequeños territorios:

    • La península de Istria con Fiume pasó a Yugoslavia, aunque consiguió mantener Trieste.

    • La isla de Rodas y el archipiélago del Dodecaneso fueron entregados a Grecia.

    • Albania recuperó su independencia e Italia perdió sus colonias (Etiopía, Somalia, Eritrea y Libia).

  • Bulgaria.

   

B) Amplian territorio (Unión Soviética, Polonia, Yugoslavia y Grecia)

  • La Unión Soviética obtuvo:

    • De Finlandia: gran parte de Carelia con la ciudad de Vyborg y el puerto de Petsamo en el Norte, lo que hizo que tuviera frontera con Noruega.

    • Los tres estados bálticos, Estonia, Letonia y Lituania, que habían sido independientes de 1918 a 1940.

    • De Alemania: la parte Norte de la Prusia Oriental con la ciudad de Könisgsberg (actual Kaliningrado).

    • De Polonia: las regiones al Este de la línea Curzón.

    • De Checoslovaquia: la Rutenia subcarpática.

    • De Rumania: la Besarabia (denominada Moldavia en adelante) y la Bukovina del Norte.
  • Polonia en contraprestación de sus pérdidas orientales se “desplaza" en torno a 225 kms hacia el Oeste y obtiene:

    • La parte Sur de Prusia Oriental y las regiones de Pomerania y Silesia hasta la línea Oder-Neisse. Aunque Polonia perdió algo de territorio consiguió adquirir zonas más ricas y una gran salida al Báltico con los antiguos puertos alemanes de Danzig (rebautizado Gdansk) y Stettin (Szczecin).

La guerra constituyó un esfuerzo económico centralizado, repitiendo las pautas de la primera, pero a una escala mucho mayor. La fuerte movilización militar y económica tensó al máximo las capacidades productivas de todos los países implicados:

  • El paro –una herencia de la gran depresión– desapareció por completo por efecto de la movilización bélica.

  • El PIB no aumentó en el conjunto de Europa, aunque sí en los países beligerantes que no sufrieron la ocupación militar. El caso más extremo es el de Estados Unidos. En cambio, la ocupación nazi implicaba una desviación del esfuerzo productivo hacia finalidades, usualmente militares, definidas por el alto mando alemán.
Alemania: el esfuerzo bélico nazi debe ser apreciado juntamente a dos otros elementos: el de sus aliados filofascistas y el de los países ocupados. El aumento del PIB alemán se obtuvo, en buena medida, vía explotación de países ocupados. Los más próximos a Alemania, como Austria, lo consiguieron a lo largo de la guerra y sólo se hundieron el último año, con la ocupación aliada. Bulgaria y Hungría lograron resistir la caída del PIB mucho mejor que los países ocupados.
Unión Soviética: perdió grandes cantidades de territorio y su PIB se redujo en 1/4 entre 1940 y 1942. El gran éxito soviético y de Stalin fue su capacidad para reorganizarse y para preparar una movilización total de sus recursos productivos. El esfuerzo supremo para resistir se concretó en una espectacular recuperación del PIB –y de la capacidad militar soviética– del 45 por 100 en 1943.
Gran Bretaña logró dinamizar su economía mejor que lo hiciera la alemana y sin pesar sobre territorios ocupados. Gran Bretaña se apoyó mucho en sus recursos imperiales y en los prestados por Estados Unidos. El PIB británico logró su máximo en 1943; después cedió y hubiera tenido problemas de no ser por la ayuda estadounidense.

El éxito productivo de Estados Unidos fue espectacular. Con la contienda lejos de su territorio, y un enorme potencial productivo subutilizado desde la crisis de 1929-1933, la nación norteamericana logró prácticamente duplicar su PIB de 1939 en sólo 5 años y el desempleo descendió al 1,2 %. Para muchos estadounidenses la SGM fue una cosa buena, ya que “la guerra sacó a la economía de la Depresión” en la cual se encontraba empantanada por más de una década. Por otro lado, los enormes déficits de la época de guerra habían llegado a los 55 mil millones en 1943, parecían haber logrado exactamente lo que Keynes había dicho que lograrían.

   

Países beligerantes

 
Alemania
Gran Bretaña
Italia
URSS
Estados Unidos
1939

100

100

100

100

100

1940

100,7

110,0

100,6

113,9

107,7

1941

107,1

120,0

99,4

98,1

127,3

1942

108,5

123,0

98,1

86,9

152,3

1943

110,7

125,7

88,9

126,8

183,2

1944

113,5

120,8

72,2

135,2

198,6

1945

80,7

115,5

56,6

108,2

190,6

Países ocupados

 
Francia
Bélgica
Holanda
Dinamarca
Noruega
Grecia
1939

100

100

100

100

100

100

1940

82,5

88,1

88,1

86,0

91,1

1941

65,3

83,5

83,4

77,5

93,3

1942

58,5

76,3

76,3

79,2

89,7

61,4

1943

55,5

74,5

74,4

88,0

87,9

1944

46,9

78,9

49,9

97,2

83,3

1945

50,9

83,6

51,1

89,9

93,3

36,4

 

 

 

Países aliados al Eje

Países no beligerantes

Países neutrales

Austria
Bulgaria
Hungría
Finlandia
España
Portugal
Suecia
Suiza
1939

100

100

100

100

100

100

100

100

1940

97,4

97,4

93,2

94,8

108,6

93,5

97,0

101,0

1941

104,4

99,3

93,7

97,9

108,6

102,2

98,7

100,4

1942

99,1

94,5

98,4

98,2

114,7

100,8

104,7

97,8

1943

101,5

97,5

109,5

117,7

107,6

109,4

97,0

1944

104,1

90,1

109,6

122,9

113,7

113,0

99,3

1945

43,0

70,3

103,2

114,2

109,3

116,1

127,8

Evolución del PIB de países beligerantes, ocupados y neutrales, 1939-1945 (1939 = 100).

   

   

2.2.5. Preparando la reconstrucción

Los horrores y la destrucción de la segunda conflagración mundial sobrepasaron con creces los de la primera. En cambio, la inestabilidad y la crisis de la economía mundial del período de entre guerras no tuvieron ningún eco en la segunda posguerra. Justo al revés, tras una veloz reconstrucción económica, el mundo –y no sólo Occidente– se vio propulsado al mayor crecimiento económico jamás vivido.

¿Cómo es posible que las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial fuesen tan distintas, o, mejor dicho, opuestas a las de la Primera, cuando aquélla resultó mucho más costosa y devastadora que ésta?

La paradoja es sólo aparente y tiene fácil explicación. A diferencia de treinta años atrás, la segunda posguerra mundial se afrontó con una firme voluntad de cooperación económica por parte de los gobernantes de los países occidentales, principalmente, de Estados Unidos, por un lado, y de Gran Bretaña, por otro.

La concatenación de la Primera Guerra Mundial, Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial sacudió las conciencias de los gobernantes de las democracias amenazadas, que aprendieron en ese duro trance las lecciones de la Historia. No debían repetir los errores de las políticas económicas puestas en marcha después de la Primera Guerra Mundial, lo que Keynes había denunciado en “las consecuencias económicas de la paz”:

  • No deberían reclamar deudas de guerra, con el fin de evitar la asfixia de las economías que languidecen en los estados beligerantes.

  • Estados Unidos no debería caer de nuevo en el error de replegarse y permanecer indiferente ante las necesidades de ayuda financiera de los países en reconstrucción.

  • Y, finalmente, sería necesario establecer unas reglas de juego aceptables y aceptadas por todos, que conjurasen el peligro de una repetición de las políticas de empobrecer al vecino –combinación de proteccionismo extremado con devaluaciones competitivas–, que se practicaron en los años 1930, y que sumieron al mundo en la peor recesión conocida.

Este último reto hizo indispensable que la comunidad internacional se dotase de una nueva arquitectura institucional que pudiera garantizar un comercio multilateral libre y un sistema de pagos internacional estable y capaz de absorber los desequilibrios externos de los países. Cuando menos así lo pensaban Estados Unidos y el Reino Unido, los dos líderes de la economía internacional y bastiones del bloque aliado.

Por ello, desde 1941 trabajaron en el diseño del sistema económico de posguerra. Llegaron a un acuerdo sobre el proyecto 3 años más tarde y exhortaron a los otros países a adherirse a él. A tal fin convocaron una conferencia económica internacional, que se celebró en junio de 1944 en Bretton Woods. El marco institucional allí aprobado tuvo excepcional importancia, y no porque a partir de entonces se adecuasen a él las relaciones económicas internacionales. Si bien el nuevo orden financiero y comercial no sirvió para solucionar los perentorios problemas de balanza de pagos que tenían planteados los países en la inmediata posguerra, sí tuvo la virtud de definir el entorno en que idealmente deberían operar el comercio, los movimientos de capital y los pagos exteriores. Tanto es así que Bretton Woods fijó un horizonte hacia el cual debían encaminarse las políticas comerciales y cambiarias, horizonte que, con algunos cambios, aún hoy sigue plenamente vigente.

Los acuerdos de Bretton Woods consistieron en la creación de tres nuevas instituciones supraestatales:

  • La Organización del Comercio Internacional (OCI), después Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT) y más tarde, Organización Mundial del Comercio (OMC).

  • El Banco Mundial (BM).

  • Y la pieza fundamental: el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Estas medidas, adoptadas en Bretton Woods para el largo plazo, empalidecieron ante el empuje y la publicidad concedidas al Plan Marshall, diseñado para resolver problemas inmediatos y en el corto plazo que Europa necesitaba imperiosamente.

Última modificación: lunes, 23 de octubre de 2017, 14:11