1. Módulo 2. El espacio urbano en la Europa medieval

1.3. 2.3 El paisaje urbano medieval: espacio publico, espacio privado. Tipología arquitectónica.

Espacio privado

El espacio urbano está diferenciado en dos dominios el público y el privado, que se corresponden a dos categorías de suelos: las calles, plazas y espacios públicos por un lado y los solares edificables o espacios privados por otro. La privacidad de los “solares” y las edificaciones es fuerte, están cerradas y no son de libre acceso. En contrapartida las calles y plazas son plena y totalmente públicas.

Dentro del recinto intramuros el espacio parcelado para su utilización con fines privados constituye la mayor parte del suelo urbano.. El espacio intramuros hay que parcelarlo y repartirlo entre los nuevos pobladores, los existentes en el momento de la fundación y también los futuros vecinos que puedan venir. En muchas villas y ciudades de nueva creación se distribuyen lotes homogéneos de terreno para que cada familia construya su vivienda.

En algunas zonas el reparto de los lotes de tierra para la construcción de viviendas es similar en toda la región este es el caso de Guipuzcoa donde se reparten los suelos de casas según las medidas del “solar guipuzcoano” . Dicho solar tenía las medidas de 8 metros de fachada a la calle por 12 metros de profundidad.  Con el paso del tiempo la homogeneidad del solar familiar puede sufrir alteraciones bien por fragmentación o por adiciones parciales o totales. El caso Guipuzcoano es sorprendente. En todas las Vilas de la provincia (25), cuando se producen alteraciones del solar primitivo , estas son siempre por reducción a la mitad del solar originario o por adición de un medio solar o por la adición de otro solar completo. No se dan otro tipo de casos. En el siglo XV encontramos las particiones horizontales, varios vecinos compartiendo el solar primitivo en diversas alturas si que sean miembros de la misma familia.

En la zona del Levante, también se distribuyen solares homogéneos a los nuevos pobladores como lo atestiguan las Ordinaciones de Jaime II para el reino de Mallorca.
Fundación de Petra- Mallorca según las Ordinaciones de Jaime II
 
 

El espacio urbano  se muestra insuficiente en la mayor parte de las ciudades dada la presión demográfica que sufren y la “imposibilidad de rebasar los recintos amurallados sin perder el derecho a la vecindad. Esta tendencia a permanecer intramuros lleva a la sociedad urbana medieval a tratar de recuperar los pocos espacios públicos existentes con técnicas poco ortodoxas. Se adelantan las fachadas de las casas sobre el espacio público. Se aumenta la superficie construida en los pisos superiores sacando “voladizos” que impiden la correcta ventilación de la calle, se instalan las escaleras de las viviendas en el exterior, se ocupan los caminos de ronda entre las viviendas y las cercas, se construye sobre la muralla y las torres defensivas. Todas estas trasgresiones urbanísticas son denunciadas por los concejos tratando de devolver al espacio público toda la superficie primitiva. No resulta tarea fácil.

 

Espacio público

El espacio público común, complejo y unitario se reparte por toda la ciudad y en él se instalan los edificios públicos y privados. El equilibrio entre espacio público y privado depende del compromiso entre la ley pública y los intereses privados. Los estatutos comunales regulan, demasiado tarde, los puntos de contacto entre el espacio público y las construcciones privadas.

Aún siendo  escaso el espacio público frente al espacio privado  su importancia es extraordinaria para la vida social. Es el espacio donde la comunidad va a desarrollar su actividad. La iglesia es la primera en estar presente, por su aspecto monumental se aprecia claramente. La actividad económica, esencial en la ciudad medieval, también deja sus huellas en los mercados, y en las calles con actividad artesanal bien definida. La función política durante gran parte de la Edad Media no deja constancia de su presencia, únicamente en los últimos años se hace visible en la estructura de la ciudad. Normalmente las ciudades medievales carecen de un único centro, son villas policéntricas, con puntos múltiples de reunión.

El espacio publico es el medio de comunicación, las calles intramurales son aquellas que se constituyen como continuidad de los caminos reales o grandes rutas en el interior del espacio murado. Las dimensiones de estas “arterias” o calles se enmarcan entre los seis y los diez metros de ancho para las “calles mayores” o “calles reales”. En la Península Ibérica muchas de estas “calles reales” no sobrepasan los cuatro metros de ancho.

El espacio público es el centro de las actividades económicas. Estaban continuamente ocupadas y frecuentadas por comerciantes, viandantes, trabajadores y bestias de transporte. Los artesanos y comerciantes no tienen ningún reparo en ocupar la calzada para la realización de sus actividades profesionales. Sacan sus bancos de trabajo a la calle para aprovechar mejor la luz diurna, exponen sus productos en “tableros” o mostradores que extienden y prolongan desde sus viviendas hasta la calle. Los carniceros matan las reses y arrojan sus desperdicios a la vía pública, los comerciantes ambulantes y las pescaderas exponen sus productos en las esquinas y confluencias de las calles.

Imagen de tienda medieval por Viollet le Duc

 

El espacio público es también el lugar de encuentro y reunión de la sociedad medieval. Las Ordenanzas Municipales de los centros urbanos tratan de mantener la paz en el espacio público. Tarea nada fácil ya que si nos atenemos a las numerosas sanciones que se recogen en el ordenamiento concejil, las disputas y los enfrentamientos armados constituían una actividad frecuente dentro de las ciudades. Se castigan duramente los insultos y ofensas verbales, ya que daban origen a enfrentamientos mas duros y incluso a sacar las armas para defender el “honor”.  Por si las Ordenanzas no resultaban suficientemente disuasorias, en los espacios públicos se levantaban los símbolos de la represión o escarmiento, como las cárceles o las picotas.
No todo el contacto social era de carácter violento, abundan los contactos cotidianos de relación normal, cordial e incluso festivo. Los lugares de reunión colectivo podían estar al aire libre, en las capillas de las iglesias o en las casas del concejo. Las casas de Concejo se construyeron tardíamente en Castilla. Los Reyes Católicos en las Cortes de Toledo 1480, instan a todas las poblaciones que construyan sus casas de Concejo para uso de los regimientos y asambleas de vecinos. 

La plaza como lugar común de la sociedad medieval, no tiene las mismas connotaciones de la plaza renacentista. En la ciudad Medieval normalmente hay mas de una plaza, se nombran diversas plazas y no tienen por que ser grandes espacios abiertos en medio de la ciudad, sino que son espacios pequeños abiertos en diversas partes de la ciudad cumpliendo cada una de ellas una función diferente.