1. Módulo 2. El espacio urbano en la Europa medieval

1.2. 2.2 Diseños urbanísticos y peculiaridades de la ciudad medieval

Podemos preguntarnos ¿qué racionalismo ha impulsado las nuevas creaciones urbanas?

Hasta muy finales del siglo XIV y mediados del siglo XIV no encontramos en los reinos peninsulares tratados que hablen de la ciudad, de su forma o de la composición de sus habitantes. Actualmente sólo conocemos las obras de Frances Eiximenis (1330-1409) y la de Rodrigo Sánchez de Arévalo (1404-1470). Ambos autores son clérigos bien preparados que tienen una profusa obra literaria de carácter religioso y donde también tratan aspectos del bien público y de las formas correctas de gobierno. Existen tratados sobre ciudades ideales en fechas aproximadas en Italia: los realizados por Leonardo Bruni, Leone Battista Alberti o Antonio Averlino “Filarete”, que propone el modelo urbano denominado Sforzinda.


 

Sforzinda: la ciudad ideal diseñada por Filarete

 

Eiximenis en su obra lo Crestia (el cristiano), compuesta de doce libros, en el Dotzé  (duodécimo) trata del gobierno y de la política en general y en el hace una amplia reflexión de cómo deben estar constituidas las ciudades tanto en su aspecto urbanístico como social y político.

Ver texto de Frances Eiximenis.

 

Rodrigo Sánchez de Arévalo escribe su obra “Suma Política” compuesta por dos libros de 18 y 16 capítulos y publicada en 1455. El primer libro trata de la fundación y edificación de las ciudades, de ”las cosas que se deven considerar y acatar y las que se requieren para bien y útilmente edificar y fundar y ordenar a toda ciudad o villa”. El segundo libro trata sobre las cosas “necesarias al buen y onesto regimiento de toda ciudad o villa, y cumplideras para su salvación y conservación “. Rodrigo Sánchez de Arevalo cree que al buen político no le debe bastar con “engendrar” una ciudad sino que esta debe seguir funcionando de forma ordenada y gobernada correctamente. Una ciudad se funda para que los hombres puedan desarrollar su naturaleza sociable y vivir en compañía para ayudarse y socorrerse mutuamente, desarrollar una existencia pacífica, alegre y tener cubiertas las necesidades primarias. Según estos criterios desarrolla toda una teoría de buen gobierno.

Tenemos por tanto dos “tratados urbanísticos” de finales del siglo XIV y principios del siglo XV que resultan demasiado tardíos para que su doctrina y planteamientos pudieran aplicarse al proceso urbanizador llevado a cabo en la Península Ibérica. La sociedad medieval peninsular desde el siglo XIII está generando recintos urbanos con notable éxito, y en ellos un racionalismo contundente a la hosra de la planificación urbana. La causa de la aplicación del racionalismo a este tipo de obras reside en el  pensamiento medieval, de carácter teocrático y espiritualista que considera el mundo y la sociedad cristiana como un todo armónico.

Mientras tanto desde el siglo XI el proceso de creaciones urbanas seguía inexorablemente su curso y con cierto orden en su estructura urbanística sin esperar a los modelos tardíos que conocemos de finales del s. XIV y del siglo XV.

Alfonso X el Sabio, Rey de Castilla, creador de numerosas poblaciones urbanas nos deja un breve relato en su Crónica sobre cómo creó una nueva población en Villa Real en el año de 1255 , la Crónica de Alfonso X dice “E partió de Segovia, e fue a Toledo, é dende a la frontera, è pasando por un lugar que dicen Pozuelo de Don Gil, que era en término de Alcaraz, entre tanto llegaban las campañas por que había enviado, mandó venir gentes de su comarca, e ordenó en que manera se poblase allí una villa, e mando que dijesen Villa-Real, e ordenó luego las calles, e señaló los lugares por do fuese la cerca. E fizo facer luego una puerta labrada de piedra, è esta es la que esta en el camino que viene de Toledo, è mando a los del lugar como ficiesen cerca”.Esta Villarreal creada por Alfonso X fue la conocida actualmente como Ciudad Real.

En la zona Levantina El monarca Jaime I (1208-1276) protagonista de la expansión mediterránea de la Corona de Aragón, conquista Mallorca en 1229. Y emprende la conquista del reino de Valencia, tomando Burriana en 1233 y Valencia en 1238. Rápidamente emprendió una activa política de repoblaciones que manifiestan una planificación racional como pueden verse en algunas villas como la de Villa Real. Dio órdenes privadas al caballero tolosano Pedro Montull, para que se ejecutase en la parte alta del término de Burriana, el plano de una nueva población y encargó al caballero Benito de Guimerans organizar la población buscando pobladores y organizando el emplazamiento y plano de la nueva villa. En 1273 se le concede la Carta Puebla, los fueros de Aragón, y los privilegios de Burriana. Se le concede también mercado semanal los sábados  y feria anual.

Villarreal según la obra de Viciana

 

Planta de Villarreal

 

Peculiaridades de la ciudad medieval

La creación urbana en la edad media, aun siendo un fenómeno generalizado en toda Europa presenta ciertas diferencias en la concepción del diseño urbano. En la Península Ibérica el proceso de creación urbana por la sociedad medieval cristiana fue muy intenso. Las tierras fronterizas ganadas a los musulmanes pronto comenzaron a acoger a población cristiana del norte peninsular generando numerosos núcleos urbanos de muy variado tipo.

Primeramente cabe distinguir entre ciudades de crecimiento orgánico  o espontáneo  y ciudades de nueva planta. 

 

Crecimiento orgánico y planta irregular

Las ciudades que surgen, de forma espontánea, a partir de un primitivo enclave militar o religioso y que aglutinan entorno a sí población en progresión creciente, pueden dar origen  a posteriores ciudades, normalmente con una planta urbana compleja e irregular. En la Península Ibérica tenemos buenos ejemplos de este tipo de resultado urbanístico, que no responde a un diseño preconcebido. Al sur del río Duero se fueron instalando pequeñas poblaciones agrícolas y ganaderas en torno a sus  iglesias en los espacios ganados al poder musulmán. Estas minúsculas poblaciones estaban próximas unas a las otras y cuando se produjo el proceso urbanizador fueron los focos que generaron las ciudades. Ciudades como Salamanca aglutinaban dentro de sus murallas  a 35 parroquias que ocupaban una superficie cercada de 110 Ha. Soria igualmente acogía a numerosas parroquias y su superficie era de 100 Ha. No en todos los casos se pudo recoger dentro de las murallas a todas las aldeas del lugar, en Segovia y Valladolid algunas aldeas quedaron extramuros. Este modelo origina grandes superficies cercadas con un plano complejo, con varios puntos focales y grandes espacios vacíos en el interior. Sigüenza es otro caso complejo que dará origen a un plano polinuclear. Tuvo una pequeña “puebla” junto al castillo, en la parte alta, otra junto a la catedral en la zona media y una tercera “puebla” en la parte baja, en la antigua medina musulmana. Estos tres núcleos formaron la ciudad medieval aunque tardaron muchos años en constituir una unidad espacial.

 

Izqda.: Plano de Salamanca de 1858. Mantiene el recinto medieval

Dcha: Foto aérea de Salamanca en 2001. Se aprecia perfectamente el recinto medieval

 

 Siguenza con el castillo medieval

 

Nuevas creaciones y planta regular

Dentro del grupo de ciudades de planta regular podemos encontrar diversos modelos atendiendo especialmente a su origen.

 

A) Creaciones medievales sobre planta de origen romano

En primer término nos referiremos a las “nuevas ciudades” herederas de una planta urbana de origen romano. Son “nuevas creaciones urbanas” sobre soportes materiales urbanísticos antiguos. Utilizan el mismo emplazamiento de época romana, mantienen en muchos casos sus murallas y el trazado de las calles, pero incorporan los elementos propios de la cultura medieval, los centros religiosos . Estos ocupan extensas superficies en el centro urbano transformando en parte la retícula urbana romana, generando sus propios parcelarios medievales. En la Península Ibérica encontramos variados ejemplos de este modelo, los mas representativos son León y Zaragoza, en donde todavía hoy, en el parcelario actual se perciben los recintos romanos y la tama viaria.

 

B) Nuevas creaciones de planta regular

Se pueden ver ciudades de planta regular especialmente en zonas donde los monarcas tuvieron un especial interés por organizar el espacio con nuevas poblaciones concentradas que les permitía un mejor control del territorio, de sus pobladores y de sus rentas. La implantación urbana en el norte peninsular responde a dicha motivación. En esa zona las ciudades se caracterizan por ser de tamaño mediano-pequeño, algo menos de 10 Ha. pero suplen sus dimensiones individuales con el elevado número de centros  urbanos que se generan. Se crea una intensa red de núcleos urbanos que dinamizan la región. En la zona de Guipuzcoa, Vizcaya, Cantabria, Asturias y Galicia se crean mas de 100 poblaciones urbanas. Es especialmente importante la proliferación de puertos en el Cantábrico

Las nuevas plantas de dichas villas están programadas de inicio. Se trazan los recintos y se parcelan los espacios destinados a las viviendas de los vecinos, dejando muy poco espacio público libre.

Plano de San Sebastián.

En gris, la primitiva villa medieval; en rojo, el ensanche de época contemporánea.

 

C) Nuevas creaciones de ciudades en el camino de Santiago

Sin que podamos incluir a todas las ciudades que se crean en la ruta o camino de Santiago en un mismo modelo urbanístico hay una tendencia a crear villas y ciudades con un “plano itinerario” como lo define Torres Balbás Son poblaciones creadas en torno al camino con una calle larga y viviendas a ambos lados. Dicho plano según las villas y ciudades prosperan pueden generar calles paralelas y complicar dicho plano, pero siguen siendo reconocibles. Ejemplos de dichas estructuras parcelarias son entre otras, Castrojeriz y Santo Domingo de la Calzada.

 

Desarrollo urbano de Santo Domingo de la Calzada

Según Martínez Martínez, Sergio. Santo Domingo de la Calzada. Una ciudad medieval en el camino de Santiago. Najera 2006.