En toda Europa el siglo XVIII es mucho más que una mera referencia cronológica: representa el nacimiento de la modernidad, el siglo de las Luces, de la Ilustración, sobre la que se asentará el mundo contemporáneo al romper con la metafísica y promover el empirismo y el racionalismo como referentes doctrinales para el desarrollo de una moral basada en la bondad natural del ser humano y en su derecho a la felicidad.

La materialización de las ideas de la Ilustración pasaba por contar con personas preparadas para llevarlas a la práctica, entre las que los ingenieros ocuparían un lugar señalado. Francia fue el país que primero se decidió por formar a estos profesionales; a mitad del siglo XVII los ministros de Luis XIV deciden apostar por la formación técnica como instrumento con el que trabajar en la prosperidad del país. Su objetivo era mejorar las vías de transporte –canales interiores navegables– y con la facilidad para los intercambios dinamizar la economía de un estado centralizado que fomentará la construcción de obra pública, llevada a cabo por ingenieros con una formación específica. En 1716 se creó un cuerpo de ingenieros civiles, Corps des Ponts et Chaussées, para construir y conservar los caminos, puentes y canales que se pensaba construir. Este cuerpo creó su propia escuela, la École des Ponts et Chaussées, que definirá la actividad propia del ingeniero de la segunda mitad del siglo XVIII: concebir y representar las obras que se van a ejecutar, coordinar los medios para llevarlas a cabo, conservarlas para que desempeñen su función.

¿En qué materias y de qué manera debían formarse los ingenieros europeos? En este aspecto la escuela francesa también marcó la pauta. Inicialmente su formación tenía un carácter fundamentalmente pragmático con una fuerte componente artística herencia del ingeniero renacentista, pero durante la Revolución se propugna un ingeniero más sabio que artista que se materializa en la formación de la École Polytechnique de Paris (1794) fundada por L. Carnot y G. Monge, el creador de la geometría descriptiva, una contribución fundamental para la renovación intelectual de la ingeniería. Los profesores eran los más grandes matemáticos, físicos y químicos de la época y tuvieron la misión de impartir formación en las materias científicas comunes a todas las ingenierías. En este modelo de escuela se gestó el ingeniero moderno con una sólida formación científica y orientado hacia las aplicaciones. La matemática constituía el pilar de la enseñanza, estableciendo desde entonces una relación muy estrecha tanto en lo metodológico como en lo instrumental.

Este modelo de promoción centralista de la obra pública, de cuerpo profesional y de escuela de formación se extendió por otras naciones europeas –excepto Inglaterra–, y llegó a España de la mano de la dinastía de los Borbones, y de Agustín de Betancourt.

A finales del siglo XVII surge en España un movimiento renovador al que se adhiere la ingeniería. Son los novatores, que buscan sustituir las formas de pensamiento convencionales, subordinadas a una verdad dogmática, por conocimientos obtenidos a partir de datos empíricos reproducibles y contrastables. No fue fácil su aceptación social e institucional, pero la necesidad de profesionales con conocimientos racionales hizo que sus métodos y procedimientos acabaran por imponerse.

El siglo XVIII comienza en España con una guerra de implicaciones europeas que propicia un cambio de dinastía, la dinastía Borbón. Su presencia significó el comienzo de la construcción de un estado centralizado, la difusión de las ideas ilustradas, impulsoras de un programa modernizador y reformista que se encontró con la resistencia de los sectores más conservadores. Durante los dos siglos de la anterior, la casa de Austria, las obras de ingeniería civil fueron realizadas por ingenieros militares instruidos fuera de España, arquitectos, maestros de obras de procedencia gremial e incluso frailes que habían aprendido a base de experiencia. El nuevo estado que se quería alumbrar, basado en el hermano francés, necesitaba de profundas transformaciones, entre ellas la reorganización de la ingeniería al servicio de la Corona, sus competencias y la formación de sus técnicos. Lo primero fue reorganizar un nuevo cuerpo de ingenieros militares, protagonistas de la construcción de la mayoría de las obras de ingeniería civil de este período. Pero al final de la Ilustración se asiste a la fundación de dos instituciones científicas determinantes en la formación de los nuevos ingenieros civiles: el Real Gabinete de Máquinas y la Escuela de Caminos y Canales. Ello hay que entenderlo en el marco de una política reformista e ilustrada que buscaba consolidar el poder del Estado y el fomento de la economía, lo que exigía una articulación del territorio. Y se decidió por un modelo radial de caminos terrestres y centro en Madrid. Y por una mejor gestión de los recursos hídricos que se materializó en la construcción de canales que pretendían extender el regadío y, sobre todo, favorecer el transporte fluvial. Es por ello que las vías de comunicación y las obras hidráulicas se consideran las obras públicas más representativas de la ilustración española.

Al finalizar el estudio de este tema el alumnado dispondrá de recursos suficientes para contextualizar la institucionalización de la profesión de ingeniero, que sucedió por primera vez en Francia en el transcurso del siglo XVIII y después en España, transformándose paulatinamente de artesanal en académica.

   

Contenidos

1. Introducción. Nuevos ingenieros para un nuevo estado. Los orígenes de la ingeniería civil en Europa. Inglaterra y el Civil Engineer. Francia: Perronet y la École des Ponts et Chaussées.

2. La traslación a España del modelo francés de cuerpo técnico, centro de enseñanza y competencia profesional.

3. Los primeros Borbones españoles y su proyecto ilustrado.

4. La pervivencia de los materiales y técnicas constructivas.

5. Las vías de comunicación. El diseño de la red. Caminos pavimentados.

6. La construcción de puentes. Las innovaciones constructivas de Perronet en Francia y la pervivencia de materiales y técnicas en los puentes de cantería españoles. Los primeros arcos metálicos.

7. Presas y canales para regadíos. El impulso ilustrado a la huerta murciana.

8. La defensa de la navegación interior. Los grandes proyectos ilustrados en construcción de canales: Canal Imperial de Aragón, Canal de Castilla y Canal del Guadarrama.

9. Infraestructuras hidráulicas para aprovechar la energía del agua. Las ideas del ilustrado Pedro Bernardo Villarreal de Bérriz.

10. Las obras portuarias de la Ilustración. Arsenales y diques secos. La mejora tecnológica de los servicios portuarios.

11. Disfrutar el patrimonio de las obras públicas de la Ilustración. El ejemplo del Canal de Castilla.

   

Referencias

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Última modificación: martes, 9 de mayo de 2017, 18:39