• La antropología aplicada es el resultado del uso de los contenidos teóricos de la antropología y de su metodología a la resolución de problemas sociales y culturales. Aunque la antropología sociocultural comporta implícitamente su aplicación, al igual que sucede con otras ciencias sociales, esta otra antropología defiende una aplicación explícita. Es, por tanto, una antropología práctica que, no en vano, se denomina tanto aplicada como práctica.
  • En realidad, la antropología adquirió muy pronto una vertiente aplicada. La antropología nace como disciplina científica y académica porque los gobiernos coloniales requieren los servicios de especialistas en culturas exóticas para contribuir a la gestión de los intereses gubernamentales en distintas partes del mundo. En Europa, las metrópolis coloniales de Gran Bretaña, de Francia, de Holanda, de Alemania y de otros países necesitaban la asesoría de estos especialistas.
  • En los Estados Unidos los antropólogos cumplieron desde el principio con labores, asimismo, de asesoría en las relaciones gubernamentales con las sociedades amerindias y con todo tipo de grupos étnicos. Además, al mismo tiempo que Estados Unidos se convierte en una potencia colonial y mundial, sus gobiernos necesitan la ayuda de los mejores conocedores de culturas repartidas por todo el mundo. La antropología se ve, de esta manera, impulsada académica y científicamente, explicándose así el auge que adquiere esta ciencia en todos los países con intereses coloniales o que participan de realidades pluriculturales.
  • Quizá los primeros ejemplos de la existencia de una antropología aplicada los encontramos en los años treinta del siglo XX en Estados Unidos, cuando el Bureau of Indian Affairs solicitó distintos informes antropológicos sobre la situación de algunas minorías. También el Department of Agriculture hizo lo propio a propósito de los programas que estaba implantando.
  • En el período de entreguerras, el papel de la antropología sociocultural se hace muy relevante en los países con mayores intereses en el exterior. La antropología está abandonando algunos de sus problemas iniciales y se está centrando en el estudio de la psicología de las sociedades tradicionales, entre otras razones porque estos estudios contaban con una notable financiación por parte de los países interesados. En 1941 ya había nacido en los Estados Unidos un órgano de referencia de la antropología aplicada, que se concretó en la revista Applied Anthropology (posteriormente titulada Human Organization).
  • Poco a poco, y más aún en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, la antropología fue cada vez más demandada. Pero, lo verdaderamente importante es que la antropología sociocultural estaba perfeccionando su metodología para hacerla útil, como ciencia aplicada, a la resolución de problemas muy diversos, que trascendían con mucho los característicamente interétnicos. Puede decirse que las vicisitudes históricas y políticas tuvieron una influencia decisiva en esta evolución de la antropología.
  • En la segunda mitad del siglo XX, y al tiempo que la antropología se libera definitivamente de su papel colonial, se impone en el plano académico la vía de una progresiva especialización en el campo aplicado. La sensibilidad por parte de la antropología hacia los grandes problemas del hambre y la pobreza en el Tercer Mundo, se ve correspondida con el interés que muestran algunos gobiernos occidentales y también las organizaciones internacionales, tales como la ONU y sus organizaciones dependientes. El mejor ejemplo de estas últimas es el de la FAO, aunque también habría que señalar el de la OMS y otros.
  • Un caso singular en la antropología aplicada lo encontramos en un proyecto puesto en marcha fuera de los Estados Unidos, en Perú, por parte de la Universidad de Cornell en 1952. A sugerencia de los antropólogos, esta universidad americana procedió al arrendamiento de la hacienda Vicos, con la propuesta de forzar un cambio social y cultural que beneficiase a una población local de 373 familias que vivían un oneroso régimen de servidumbre.
  • Para hacer realidad el propósito, la Universidad de Cornell creó diversas líneas de intervención, muy favorables para las poblaciones locales, que afectaban a la educación, la salud, la sanidad, etc. y que, en última instancia, perseguían un rápido desarrollo. Los antropólogos se comprometieron con los objetivos de lograr una sociedad lo más igualitaria y democrática posible. Se trató que la población local tuviera una participación intensa y que conociera todos y cada uno de los propósitos predeterminados. La dirección del proyecto Vicos corrió a cargo del antropólogo Allen Holmberg.
  • El caso de la hacienda Vicos, sin embargo, no dejó de ser el de una intervención participativa que suscitó discusiones y recelos en la antropología. Ni la intervención exterior ni la elección de una comunidad, entre otras, se justifican fácilmente, como tampoco la creación de una isla cultural en un panorama desolador.
  • Desde finales de los años cincuenta ha habido otros proyectos relacionados con la antropología aplicada, tales como las llamadas “revoluciones verdes” (conocidas en antropología con la denominación de “no tan verdes”) de México, Filipinas, Indonesia, India y Pakistán, muy cuestionados y discutidos en todos los casos, cuyo común denominador ha sido la generación de cambios socioculturales inducidos desde el exterior mediante plantas modificadas genéticamente.
  • La publicación de algunas obras pioneras sobre la antropología aplicada en los años setenta, como la de R. Bastide (Antropología aplicada, 1971) por ejemplo, no fue casualidad. Se daban todas las condiciones para que el interés por este ámbito de la antropología aflorara. A ésta la sucedieron otras, de manera cada vez más insistente, hasta alcanzar un repertorio bibliográfico que hoy es verdaderamente abundante en la antropología.
  • En la actualidad la antropología aplicada se desborda sobre ámbitos muy diferentes: la educación, la salud y la sanidad, el desarrollo y la cooperación, los conflictos interétnicos, los problemas urbanos de marginalidad y pobreza, los movimientos sociales, los problemas ligados al funcionamiento de las organizaciones, etc. Las experiencias previas, con sus aciertos y sus errores, han condicionado las decisiones en cualquier materia que tenga relación con la antropología aplicada.
  • Se sabe con certeza que uno de los problemas fundamentales de la antropología aplicada reside en la dificultad de evaluar a priori los resultados de una intervención desde el exterior en una comunidad dada. Esto es así debido a la gran cantidad de variables que intervienen. La experiencia dice que el control de todas ellas es de una gran dificultad. Dice acertadamente R. Bastide que la introducción de una variable provoca la modificación del resto de los elementos del sistema.
  • También es discutible la evaluación a posteriori, sobre todo cuando la misma se hace de manera inmediata. Los efectos se perciben mejor a largo plazo y, entonces, puede verse, tal vez, que las mejoras introducidas no fueron tal, o que, aunque lo fueron, produjeron daños colaterales inesperados. Los ejemplos, en este sentido, también son muy numerosos.
  • La Sociedad de Antropología Aplicada de los Estados Unidos creó un comité, ya en los años cuarenta del siglo XX, para elaborar un código ético destinado a los antropólogos, cuya última revisión se produjo en 1983. Dicho código compromete al antropólogo a lograr que la comunidad objeto de un programa de antropología aplicada participe en el mismo cuanto sea posible. Por otro lado, los antropólogos que colaboran activamente en estos programas adquieren el compromiso inviolable de no realizar acciones que perjudique los intereses de las comunidades involucradas.
  • La antropología sociocultural ha perfeccionado su teoría y su método en el transcurso del tiempo y es este progreso el que guía el avance de la antropología aplicada. El hecho de que estemos ante una ciencia holista y comparativa comporta la mejor garantía de las posibles aplicaciones. En cualquier caso, es fácil advertir que muchos de los grandes problemas humanos son, antes que nada, sociales o culturales, de modo que son las ciencias sociales en general, y la antropología en particular, las que tienen en sus manos algunas de las posibles soluciones, si bien teniendo en cuenta que la aplicación no ha de ser necesariamente explícita, sino que se halla implícita en el contenido de la antropología sociocultural y de otras ciencias sociales.

Última modificación: miércoles, 21 de junio de 2017, 12:26