3.5 Otras orientaciones.
Realmente, la polémica que se produce en la antropología entre formalistas y sustantivistas es paralela a la que tiene lugar en la propia economía entre los institucionalistas y los marginalistas. Estos últimos se rebelaban contra la respuesta uniforme de la economía a todo tipo de análisis de sociedades. Acaso bajo la propia influencia de la economía, pero también acusando el recibo de teorías procedentes de otras ciencias sociales y humanas, poco a poco, a medida que discurre la segunda mitad del siglo XX van apareciendo nuevas orientaciones en la antropología económica. Aquí se llama la atención sobre algunas orientaciones, de signo diverso que se van incorporando, en algún caso como retoños de enfoques previos.
- En la Francia de mediados de los años sesenta cobra fuerza la orientación marxista, la cual, como se ha dicho, enlaza con la tradición socio-antropológica francesa y está conectada con el estructuralismo y el sustantivismo. Adquiere singular relieve gracias a autores como M. Godelier, C. Meillassoux, E. Terray y otros, recogiendo la influencia de L. Althusser.
- La antropología de signo marxista es conocida como la nueva antropología económica, debido a su fuerte personalidad. En el caso de la antropología económica francesa de signo marxista el propósito inicial fue hacer de la antropología económica una antropología materialista-histórica, distinta en sí misma de la antropología socio-cultural.
- En cuanto al objeto de esta antropología económica marxista, el mismo se hallaría en las sociedades precapitalistas, esto es, en las llamadas sociedades sin clases que representaron, a su vez, el objeto de la antropología en las primeras fases de su desarrollo, antes de que se incorporaran a los análisis antropológicos las sociedades complejas.
- Uno de los intereses de la antropología económica marxista reside en el conocimiento de los modos de producción, a través de los cuales puede verse cómo las fuerzas productivas y las relaciones personales convergen en las distintas sociedades y en las diferentes épocas para generar los bienes que necesita cada sociedad. Los teóricos franceses (Godelier, Meillassoux, etc.) ya no creían en la sucesión rígida de modos de producción, como planteó Marx, pero sí mantenían la idea de que la infraestructura y la superestructura constituían los pilares del modo de producción.
- El otro concepto que está muy presente en la antropología económica marxista es el de formación social, es decir la manera en que el modo de producción opera sobre una sociedad, en un lugar determinado, propiciando una superestructura política, jurídica, etc. Tanto el concepto de modo de producción como el de formación histórica, empleados por Marx, constituyen elementos indispensables en los enfoques de las ciencias sociales.
- A partir del entorno del estructuralismo, M. Godelier comenzó su carrera estudiando el modo de producción asiático y cuestionando la separación que hacía el marxismo clásico entre la infraestructura económica y la superestructura ideológica. La publicación de su obra sobre la producción de “grandes hombres” entre los Baruya de Nueva Guinea (1982) tuvo una gran repercusión en los planteamientos antropológicos de la época.
3.5.2 Modelos procesuales y de toma de decisiones en Antropología
- En el último cuarto del siglo XX fueron surgiendo nuevas orientaciones, cuyo denominador común era la desconfianza hacia la supuesta homogeneidad de las sociedades que los antropólogos habían estudiado y la preferencia por orientaciones que analizan la llamada toma de decisiones que los actores sociales realizan constantemente, en niveles individuales, familiares, etc., y que son producto de la interacción social.
- Sin prescindir de los postulados básicos del formalismo, se parte de la hipótesis de que las personas se hallan constreñidas por la limitación de sus medios para alcanzar metas alternativas, en coincidencia con la definición más formal de la economía. La elección no se produce por exclusiva voluntad de los actores, sino que éstos se hallan condicionados por el medio en el que viven y por contextos familiares, económicos, políticos, etc. La toma de decisiones se produce en función de las ventajas o beneficios y también de los costes o perjuicios.
- La diferencia con el formalismo se halla no sólo en el mayor peso de la toma de decisiones y de la racionalidad, sino en la toma en consideración de los procesos cognitivos. Ahora el concepto de maximización es desplazado hacia el de optimización.
- La observación se realiza en el ámbito de las pequeñas unidades sociales, en las cuales la investigación antropológica puede obtener sus mejores resultados. La familia y la pequeña comunidad han sido elegidas como tal en las investigaciones más conocidas.
- Entre los estudios más notables del modelo de toma de decisiones se halla el de B. Orlove (1986) y su análisis de las ventas y trueques en el entorno del Lago Titicaca, en donde se examina una gran variedad de aspectos ambientales y culturales que juegan en las opciones de los actores que forman parte de las poblaciones ribereñas. En esta corriente, el conocimiento de la racionalidad con la que operan los individuos es la esencia de la investigación.
Fiesta de Casamiento en Chucuito, en la orilla del lago Titicaca. Foto: Alfredobi. Licencia: Dominio Público
- Otro estudio de referencia lo hallamos en el trabajo de P. Barlett (1982) sobre una comunidad de pequeñas dimensiones en El Paso (Costa Rica), donde se estudia cómo variables tales como la evolución demográfica y la escasez de tierras, junto a otras, han condicionado las decisiones de cultivar maíz, tabaco, café, etc. a lo largo del tiempo.
1.2.1 La orientación culturalista
- Como se ha dicho más atrás, la reelaboración del sustantivismo deviene en un culturalismo, en un proceso que es paralelo a la evolución que en el formalismo se produce hacia la toma de decisiones.
- Esta perspectiva parte de un gran espectro de conexiones entre la economía y la cultura, mucho más amplio que el que contemplaba el sustantivismo. De otra parte, mientras que el sustantivismo ponía el énfasis en el intercambio, el culturalismo lo pone en la producción.
- Esta orientación culturalista se percibe claramente en los trabajos de M. Sahlins, S. Gudeman, M. Douglas y J. Goody. Sus estudios perciben las economías como sistemas, mostrando particular interés por analizar la correspondencia entre sistemas económicos y sociales en sociedades particulares, siguiendo así la tradición de la escuela socio-antropológica francesa de E. Durkheim, M. Mauss, C. Lévi-Strauss y Dumont.
- Hay una diferencia muy notable entre el culturalismo y la toma de decisiones. Mientras esta última se fijaba particularmente en las decisiones individuales, en el culturalismo el examen recae sobre la colectividad. Los precios de las cosas tienen una importancia trascendente para los estudiosos de la toma de decisiones, mientras que para los culturalistas sólo lo tienen en relación con el lugar que ocupan en la cultura entendida como un todo, sin descender al detalle de los valores.