Es importante recordar que dada la tendencia que tienen las uniones humanas a prolongarse en el tiempo, existen instituciones que cumplen eficazmente este objetivo. Este es el caso del levirato (frecuente entre los Chuckchee) y del sororato. Aunque se suelen encarnar en sociedades primitivas, no son ajenas por entero a las sociedades complejas modernas. La función de las mismas es suplir el resultado de la muerte de uno de los cónyuges.

 

 

  • En el levirato, el hermano del marido difunto contrae matrimonio con la viuda de éste. Se trata de una institución muy extendida por África y por otras partes del mundo. Constituye una extensión de la alianza matrimonial, sobre todo en el orden económico e, incluso en el de la socialización de la descendencia y, según parece, no implica necesariamente la cohabitación. 
  • En el sororato, a la inversa del caso anterior, la alianza matrimonial se perpetúa mediante la unión de la hermana de la difunta con el cónyuge viudo. En grupos de filiación unilineales estas instituciones permiten que los cónyuges que enviudan puedan permanecer en el grupo en el que habían quedado insertos tras el matrimonio.
  • En algunas culturas las reglas estipulan minuciosamente quién es el hermano o la hermana que han de contribuir a reparar la ruptura forzosa del matrimonio que se produce tras la defunción de uno de los cónyuges. El caso mejor conocido es el de los Chuckchee de Chukots, donde la obligación no sólo fija el orden de los hermanos en acceder al levirato, sino la obligación de los primos en ausencia de hermanos.

 

Última modificación: jueves, 22 de junio de 2017, 10:44