• Es lo común en las sociedades tribales que al frente de cada poblado haya un jefe, elegido entre los dirigentes de los distintos grupos locales de descendencia que conviven en el mismo, cuyo liderazgo reside en la persuasión, ya que su poder coactivo es escaso, al no estar respaldadas sus decisiones por fuerza alguna. 
  • La coacción nace, fundamentalmente, del acuerdo general. La única autoridad del jefe del poblado procede de ser algo así como un primus inter pares, que actúa como mediador en los conflictos personales, o como organizador de las actividades cotidianas, al amparo de la unanimidad que deben despertar sus decisiones, ya que lo contrario supone el fin de su liderazgo.
  • La autoridad del jefe del poblado es tan débil que, lejos de ordenar las acciones, se limita a persuadir con sus actitudes. Así se entiende que, a veces, la venerabilidad, sea la virtud de los elegidos. Otras veces lo es su oratoria, su animosidad o su generosidad y, casi siempre, su capacidad de mediación. El puesto se halla siempre encarnado en un hombre. 
  • Como es muy frecuente que cada poblado esté compuesto por varios grupos de descendencia, los dirigentes de los mismos suelen constituir una especie de consejo del jefe. El dirigente de cada uno de estos grupos de descendencia es en muchas ocasiones el individuo varón más anciano, ya que este tipo de liderazgo suele basarse, como se ha dicho, en la venerabilidad.
  • Los conflictos entre los distintos grupos de descendencia de un poblado suelen saldarse con la secesión, formando el grupo escindido un nuevo poblado, que a su vez da vida a la correspondiente institucionalización de cargos y consejos.
  • Teniendo en cuenta que las sociedades tribales son más o menos igualitarias, es propio de algunas sociedades igualitarias, y concretamente de las melanésicas, la existencia de los que se denominan big men. También en algunas áreas de Iberoamérica existe la institución del gran hombre, con el sentido de líder carismático y competitivo que trata de encabezar una clientela. 
  • Al igual que en el caso de los jefes de poblado, el big man es un hombre que aparenta la posesión de virtudes análogas a las de aquél: laborioso, honrado, perseverante y ambicioso. Suele poseer una oratoria persuasiva y dotes diplomáticas, aparte de una gran generosidad. Su actitud es cercana, por tanto, a la del jefe del poblado, pero con una diferencia fundamental: su influencia no se circunscribe al poblado sino a una serie de poblados. 
  • La función del big man es fundamental, debido a que constituye el puente necesario entre unidades escasamente cohesionadas que, de otra manera, se verían introducidas en conflictos irresolubles. El big man tiene la función de  atenuar el conflicto, abriendo cauces de colaboración. En el caso de Melanesia, es bien conocido su papel como organizador de los banquetes rituales, en los que participan comunidades que viven en poblados distantes entre sí y que, por este cauce, se benefician de la redistribución y de la permanente búsqueda de una paz imprescindible.
     Feuerreiben
 
     Individuo de una tribu melanesia haciendo fuego (Vanuatu)

       Imagen: Plenz. Licencia CC Atribución-Compartir 3.0

 
  • El big man es un dinamizador social, capaz de crear sinergias de ocio y de trabajo. Así, las grandes matanzas rituales entrañan el trabajo previo de mucha gente, la cooperación y la sociabilidad. Para ello, el gran hombre se postula como tal, invirtiendo en su función parte o todo el patrimonio (en la sociedad igualitaria tribal suele ser algo más rico que los demás). No tiene pretensiones de hacer hereditario su cargo, ni de permanecer en el puesto más que un tiempo. 
  • ¿Cuándo emerge el big man? Por lo regular, en momentos en los que se requiere la cooperación entre poblados, unas veces para realizar una gran obra pública, otras para saldar los conflictos y otras para crear una ilusión identitaria. Pero hay otras razones, puramente coyunturales, que pueden conducir a la emergencia del big man, como puede ser una epidemia o una catástrofe.
  • El éxito del big man reside en su capacidad para persuadir a la clientela, por lo cual, y desde este punto de vista, es un cabecilla hábil que, complementariamente, cumple la alta función social de atar las relaciones entre comunidades vecinas.
  • Más raramente, existen sociedades en las que existen big women. Al menos, así sucede en algunas sociedades melanésicas con grupos de descendencia matrilineal. En estos lugares pueden existir las figuras del gran hombre y de la gran mujer. Parece ser que la existencia de la “gran mujer” está ligada a las sociedades postcoloniales, en las cuales, en ausencia de guerras, las mujeres pueden asumir un status similar al de los hombres en época de guerra. En tales épocas de guerra, aunque las mujeres podían participar en la guerra, no alcanzaban el status de líderes, de modo que sólo la desaparición de la guerra hizo posible, en su caso, la emergencia de la big woman.
 
Última modificación: jueves, 22 de junio de 2017, 13:22