Karl Polanyi (1886-1964)
Si bien Karl Polanyi es uno de los autores más citados dentro del corpus teórico de la antropología, no fue un antropólogo propiamente dicho, sino un historiador de la economía, considerado un tanto atípico en este último ámbito científico. Nacido en Viena en 1886 y educado en Budapest, su vida fue un continuo peregrinaje académico, en buena parte debido a los vaivenes políticos que sacudieron su existencia. Estudió Filosofía y Derecho en Budapest, de donde huyó a Viena tras la proclamación de la República Soviética de Hungría en 1919. Un revés más de la vida le obligó a escapar de Viena en 1933 ante el creciente fascismo instalado en el país. Después de enseñar en el programa de educación para adultos de la Universidad de Oxford, se convirtió en profesor de historia de la economía en la Universidad de Columbia. Falleció en Canadá en 1964.
Por otro lado, a pesar de que Polanyi llevó una vida ajetreada, y de que la misma fue reflejo de unas difíciles circunstancias que le condujeron a conocer regímenes políticos de muy distinto signo, jalonadas por dos conflagraciones bélicas de carácter mundial, Polanyi fue una persona que se mantuvo muy fiel a unos principios que, desde los años de estudiante fueron los del socialismo cristiano. De hecho, la obra que, tal vez, tuvo mayor repercusión para la ciencia económica es la titulada The Great Transformation, publicada en el Reino Unido en 1944 (traducción española, 1989), la cual encierra una crítica racional del liberalismo económico, la doctrina que a finales del siglo XIX entra en una crisis que mina los cimientos de la cultura occidental y deviene en múltiples conflictos. Pues bien, para construir su obra se vale de un rico acopio de datos antropológicos que son los que provocan la irrupción del autor en la historia de la antropología. En realidad, la citada obra de Polanyi es, en su mayor parte, el resumen de la asignatura que explicaba en el programa de la educación para adultos de la Universidad de Oxford. Con posterioridad, Karl Polanyi daría a la imprenta una nueva obra, en este caso colectiva, de resonancias antropológicas, y fue la de Comercio y mercado en los imperios antiguos (1957, 1976) que, junto con un libro póstumo, escrito en este caso en solitario, El sustento del hombre (1977), le hicieron más conocido aún. El hecho de que su lectura no dejara indiferente a nadie explica una parte de su éxito a escala mundial.
En las obras de Polanyi hay una serie de apreciaciones de hondo calado. Una de ellas es que la economía de las sociedades primitivas se halla incrustada en lo social, de tal manera que no es posible, como sucede en las economías capitalistas, la segregación de una economía con vida independiente. A este enfoque, cuyos antecedentes se hallan en M. Weber, lo denominamos sustantivista, frente al formalismo al uso que defiende la existencia de una economía autónoma, que no se confunde con la vida social. La otra apreciación magistral de Polanyi consistió en reducir las pautas tradicionales de distribución existentes en las economías a tres modalidades: la reciprocidad, la redistribución y el intercambio, con las correspondientes variantes de cada una de ellas. El sustantivismo de Polanyi dio lugar, en su momento, a una discusión duradera dentro de las ciencias sociales, que en la antropología tuvo un cierto carácter cismático y que, sin embargo, tiene escaso sentido en la actualidad.
Cabe preguntarse dónde se hallaban las referencias antropológicas que, muy pronto, prendieron en el pensamiento de Polanyi con un resultado tan fecundo. Aparte de los numerosos aspectos ideológicos de la obra de Marx y de los sociológicos de la teoría de Weber, que han resultado fundamentales para la antropología y que son manejados por Polanyi, los textos de este último recogen sobre todo la influencia de Thurnwald, de Mauss y de Malinowski, aparte de las ideas de otros muchos antropólogos que desarrollaron sus investigaciones en las sociedades primitivas. Asimismo, en la obra de Polalnyi están muy presentes los trabajos de F. Boas, cuya observación del potlatch resultó extremadamente seductora para él. Conviene recordar, en este sentido, que Polanyi buscaba el conocimiento de las sociedades primitivas para verificar su teoría social, y este hecho es el que le conduce a los dominios de la antropología y el que explica la singular fertilidad del encuentro.