RESUMEN

Creado por Hochbaum, Kegels y Rosenstock fue originalmente desarrollado como un método sistemático para explicar y predecir las conductas de salud preventivas. Se basa en numerosas investigaciones experimentales publicadas durante los años 50 y 60 que sugieren que las creencias de los consumidores y pacientes influyen, de forma sustancial, en la toma de decisiones en relación con la aceptación de las medidas preventivas recomendadas por las autoridades sanitarias y en la cooperación con los planes terapéuticos propuestos. Según el modelo original el que una persona siga o no las recomendaciones preventivas está en función de las siguientes percepciones:

  • Susceptibilidad personal a la enfermedad que se quiere prevenir: mide la percepción individual de riesgo de contraer una enfermedad.

  • Gravedad  probable (clínica y social) de la enfermedad: tiene que ver con los sentimientos relacionados con la seriedad de contraer una enfermedad. La gravedad percibida incluye tanto las consecuencias médicas o clínicas (muerte, incapacidad, dolor) como las posibles consecuencias sociales (incapacidad laboral, vida familiar, relaciones sociales, etc.). La combinación de la susceptibilidad y la gravedad se denomina amenaza percibida.

  • Beneficios percibidos: Aunque la aceptación de susceptibilidad a una determinada condición que también se considera seria produce una fuerza dirigida a cambiar la conducta, el decidirse a emprender una acción depende de la creencia relacionada con la eficacia de las diferentes acciones disponibles para reducir la amenaza de enfermedad en términos de beneficios percibidos. Otros factores incluyen beneficios no relacionados con la salud (por ejemplo, dejar de fumar para ahorrar dinero o realizar una mamografía para agradar a un miembro de la familia). Por tanto, un individuo que exhiba un óptimo nivel de creencias en la susceptibilidad y gravedad sólo aceptaría una recomendación para adoptar o cambiar una conducta de salud si la acción que lleve a cabo es percibida por él como potencialmente eficaz.

  • Barreras percibidas: Los aspectos potencialmente negativos de una acción particular de salud, pueden actuar como impedimento para adoptar la conducta recomendada. Dificultades como: coste económico, molestias físicas o emocionales, incomodidad, dolor, consumo de tiempo, etc.

  • Estímulos para la acción: Definidas como las estrategias para activar la disposición para hacer. Hochbaum (1958), por ejemplo, creía que la buena disposición para ejecutar una acción puede ser potenciada sólo por otros factores y particularmente por claves como acontecimientos corporales y ambientales, media, publicidad, que instigan a la acción. Los estímulos para la acción no han sido sistemáticamente estudiados. Es más, aunque el concepto de estímulo como mecanismo de gatillo es sugestivo, es difícil estudiarlo en encuestas aclaratorias; un estímulo puede ser tan efímero como un estornudo o apenas la percepción consciente de un póster.

  • Autoeficacia: En el modelo HBM , la falta de eficacia se concibe como una barrera percibida para llevar a cabo la acción de salud recomendada. No es difícil ver porqué la Autoeficacia nunca fue incorporada en las primeras formulaciones del HBM. El foco original del primer modelo lo constituían acciones preventivas, como aceptar un test de screening o una inmunización, acciones que generalmente eran conductas simples que la gente podía adoptar sin problemas. Por este motivo, esta dimensión nunca fue reconocida.

Última modificación: viernes, 9 de junio de 2017, 08:39