1. Tema 7 - Práctica 3

Comentario de texto:

Origen e historia del reino de Pérgamo

Pérgamo, que es una ciudad notable y que gozó mucho tiempo de prosperidad con los reyes atálidas, ejerce cierta hegemonía sobre estos lugares, y precisamente por aquí debo comenzar la continuación de mi descripción, y en primer lugar he de mostrar brevemente de dónde procedían los reyes y qué final tuvieron. Pérgamo era la cámara del tesoro de Lisímaco, el hijo de Agatocles, uno de los sucesores de Alejandro, y tenía habitada la misma cima de la montaña. La montaña es de forma cónica y termina en un escarpado pico. La vigilancia de esta fortaleza y del dinero (había nueve mil talentos) le había sido confiada a Filetero el tiano, que era eunuco desde niño, pues resulta que durante cierto funeral en que había un espectáculo y mucha gente presente, encerrada entre la multitud la niñera que llevaba a Filetero, siendo éste todavía un bebé, la oprimieron tanto que el niño quedó lisiado. Era ciertamente un eunuco, pero estaba bien preparado y parecía digno de esta confianza. Durante un tiempo permaneció leal a Lisímaco, pero como tenía sus diferencias con Arsínoe, la mujer de aquél, que le había calumniado, provocó un levantamiento en el lugar y tomó el gobierno en unas circunstancias que vio favorables para un cambio, pues Lisímaco, que se veía aquejado de problemas internos, fue forzado a matar a su hijo Agatocles, y Seleuco Nicátor, invadiendo el país, lo depuso, siendo a su vez depuesto y asesinado a traición por Ptolomeo Cerauno. En semejante confusión el eunuco permaneció a cargo de la fortaleza, gobernándola mediante promesas y atenciones en general dirigidas a las personas poderosas y que se encontraban cerca. Y de hecho permaneció veinte años como señor de la fortaleza y del dinero.

Filetero tenía dos hermanos, Éumenes el mayor y Átalo el más joven. Éumenes tuvo un hijo del mismo nombre que su padre, Éumenes, que fue el que heredó el mando de Pérgamo, siendo por entonces ya soberano de los territorios de alrededor, de modo que incluso entabló batalla con Antíoco, el hijo de Seleuco, y le venció cerca de Sardes. Murió después de gobernar veintidós años. Le sucedió en el mando Átalo, hijo de Átalo y Antióquide, la hija de Aqueo, y fue el primero en ser proclamado rey tras vencer a los gálatas en una gran batalla. No sólo se hizo amigo de los romanos, sino que además luchó con la armada rodia contra Filipo. Murió anciano habiendo reinado cuarenta y tres años y dejó cuatro hijos que tuvo con Apolónide de Cícico: Éumenes, Átalo, Filetero y Ateneo. Los más jóvenes fueron ciudadanos particulares, y de los otros dos reinó el mayor, Éumenes. Éste luchó con los romanos contra Antíoco el grande y contra Perseo, y recibió de los romanos todo el territorio que estaba bajo el dominio de Antíoco a este lado del Tauro. Antes no eran muchos los territorios hasta el mar a la altura de los golfos de Elaítes y Adramiteno que pertenecían a Pérgamo, pero Éumenes construyó la ciudad y plantó en el Niceforio un bosque sagrado, y añadió por su afición a lo bello monumentos votivos y bibliotecas, y convirtió el asentamiento de Pérgamo en lo que es hoy día. Después de reinar cuarenta y nueve años Éumenes dejó el mando a su hijo Átalo, nacido de Estratonice, la hija de Ariarates el rey de los capadocios, y nombró a su hermano Átalo gobernante y tutor de su hijo, que era muy joven. Este Átalo murió anciano después de reinar veintiún años y llevar a buen término muchos asuntos, pues derrotó junto con Alejandro, el hijo de Antíoco, a Demetrio el hijo de Seleuco, luchó como aliado de los romanos contra el Pseudo-Filipo, sometió a Diégilis, el rey de los cenos, en una expedición a Tracia y mató a Prusias después de poner a su hijo Nicomedes contra él. Dejó el mando al Átalo del que había sido regente. Átalo, que reinó cinco años y fue llamado Filométor, murió por enfermedad y dejó a los romanos como herederos. Éstos proclamaron el país como provincia, llamándola Asia igual que el continente. 

El Caico pasa por Pérgamo recorriendo una tierra muy fértil, prácticamente la más fértil de Misia, a través de la llanura del Caico.

Estrabón, Geografía, 13.4.1-2

[Traducción de María Paz de Hoz García y Bellido, Editorial Gredos, Madrid, 2003]