CAPEL. HISTORIA DE LA CIENCIA

 

CAPEL SAEZ, H. (1989): "Historia de la ciencia e historias de las disciplinas científicas. Objetivos y bifurcaciones de un programa de investigación sobre historia de la geografía". Geocrítica, 84.

 

El estudio expone las razones del proyecto científico del autor y su comunicación a la comunidad de geógrafos a través, fundamentalmente, de la revista Geocrítica.

Se anima a los alumnos a su lectura al objeto de analizar las fases de un proceso de investigación: marco conceptual, justificación e interés de los temas planteados, proceso de producción y sus vicisitudes, relaciones científicas y culturales, cambio de paradigma, equipo investigador, importancia de la comunicación, áreas pendientes de ser investigadas. 

Se transcriben algunos fragmentos en los que se justifica el interés de una Historia de la Geografía.

 

Por qué una historia de la Geografía

“Las mismas historias disciplinarias desempeñan un papel importante en la estructuración y reestructuración constante de los campos del saber, proporcionando a los científicos una imagen de sí mismos, de la comunidad a la que pertenecen y del sentido de su trabajo. A través de la historia de la disciplina se forjan y difunden los mitos y las ideologías que dan cohesión a la comunidad científica: quiénes son sus progenitores y figuras más destacadas, su dignidad como verdadera ciencia, los objetivos y la relevancia social de su trabajo, las relaciones de cooperación o conflicto con otras disciplinas o subdisciplinas.

Si cada disciplina tiene su propia historia, a veces en contradicción o solapamiento con las vecinas, también es cierto que dentro de una misma disciplina la historia no es siempre la misma. Los cambios teóricos que se producen, en especial los cambios revolucionarios, los que conducen a la difusión e imposición de lo que Kuhn llamaría un nuevo paradigma, obligan a reescribir continuamente la historia, tanto para justificar y apoyar el cambio como para impedirlo y defender la situación alcanzada, y en cualquier caso, para legitimar con referencias al pasado los puntos de vista actuales.

 

Existen, pues, historias disciplinarias dirigidas a públicos distintos. Unas hacia el exterior de la comunidad, lo que normalmente significa para los miembros de otras comunidades científicas competidoras; en esos casos se trata de justificar la identidad, la validez y, a veces, incluso el carácter científico de la disciplina, todo lo cual es absolutamente necesario para lograr el reconocimiento en el seno de una estructura académica y competitiva con recursos limitados. Otras, más frecuentemente, hacia el interior de la propia disciplina; bien para socializar a los catecúmenos, adoctrinándolos, a través de la presentación histórica del pasado, en los principios y métodos de la disciplina; o bien para defender los puntos de vista de los científicos en los debates con sus colegas o en las controversias sobre teoría y métodos de la disciplina.

 

A través de la historia de la disciplina se puede observar la posición que adopta un científico en las polémicas y en los cambios que afectan a su ciencia, tanto por la cita y valoración que realizan de los precedentes y antepasados, como por las omisiones y silencios, y, desde luego, por la misma selección de los materiales incluidos. El tema de los padres o antecedentes es de gran interés. Son ellos los que abren el camino hacia el presente, anticipando o preparando los desarrollos actuales; son también ellos los que con su prestigiosa figura dan validez, en una fase inicial, a las propuestas que después triunfan”. (pp. 10-11).

 

“En cualquier caso, sea cual sea el camino por el que se llega a ella, la historia de la geografía puede contribuir a edificar una teoría geográfica que tenga en cuenta el origen y la evolución de los conceptos que se usan, que relativice el método científico, que muestre la carga ideológica de muchos postulados o teorías, o que permita tomar conciencia de hasta qué punto las ideas son generadas, contrastadas y difundidas, socialmente, en el seno de comunidades científicas, y cómo se ven afectadas por concepciones intelectuales más generales, desde las religiosas a las políticas o estéticas. Y en un mundo cambiante como el de hoy, con una rápida y profunda reestructuración de los campos del saber, la historia de la geografía, entendida como una historia comparada de esta disciplina científica, puede ayudar al joven estudiante a mostrarle la configuración histórica y cambiante de las ramas de la ciencia y de las comunidades científicas, preparándole de esta forma para que rechace las anteojeras disciplinarias y se ‘indiscipline’ cuanto antes, si lo considera necesario –algo muy alejado, desde luego, de las funciones legitimadoras y socializadoras que tradicionalmente han desempeñado las historias disciplinarias”. (p. 63).